El tema de la reunificación con China fue uno de los factores clave en las elecciones presidenciales del sábado en Taiwán, en las que ganó Lai Ching-te, del Partido Democrático Progresista (PDP), que mantiene una postura separatista. Ahora, el mundo entero observa y analiza las posibles acciones de Pekín frente a la victoria del político.
Las propuestas de Lai Ching-te, de 64 años, se centran en la independencia frente a los reclamos de soberanía por parte de China y apuestan por un mayor acercamiento a EE.UU. Asumirá el cargo en mayo, extendiendo el gobierno de 8 años de su partido a un tercer mandato.
En este sentido, el portavoz de la Oficina de Asuntos de Taiwán de China, Chen Binhua, afirmó que las relaciones entre Pekín y Taipéi «han dado un giro a peor en los últimos ocho años, pasando de un desarrollo pacífico a una tensa confrontación», escribe Politico. El vocero denunció que Lai estaría ahora intentando seguir un «malvado camino» hacia la «tensión militar y la guerra«.
«China no disparará el primer tiro»
Al mismo tiempo, expertos señalan que China no dará el primer paso hacia la confrontación. «La línea está muy claramente trazada», afirmó a Reuters Victor Gao, profesor de la Universidad de Soochow.
«China no disparará el primer tiro, pero China nunca permitirá que los independentistas pro-Taiwán disparen el segundo tiro, después de haber disparado un primer tiro contrario a la paz», agregó.
Política blanda de integración
Qi Dongtao, investigador del Instituto de Asia Oriental de Singapur, indicó a la agencia que «la respuesta de China es relativamente moderada porque quiere dejar que Estados Unidos controle primero a Lai». «Si Estados Unidos no consigue calmar a Lai, entonces China puede intervenir», opinó.
Tal reacción moderada de Pekín podría reflejarse en las primeras declaraciones del presidente Xi Jinping tras la victoria de Lai Ching-te. En un artículo publicado pocos días después de la elección del nuevo líder de la isla, el mandatario solo señaló que el Partido Comunista Chino debe «ganarse los corazones» de la gente en Hong Kong, Macao y Taiwán fortaleciendo las fuerzas patrióticas y de reunificación, recoge SCMP.
En este sentido, el director adjunto del Instituto Nacional de Investigación de Economía Mundial y Relaciones Internacionales de la Academia Rusa de Ciencias, Alexánder Lomanov, declaró a RBC que la tercera victoria consecutiva del PDP señala a Pekín el fracaso de su política de integración blanda con Taiwán mediante incentivos económicos y sociales, poniendo a los dirigentes chinos ante un difícil dilema. Sin embargo, destacó que, a pesar de la retórica dura de China, es poco probable que la elección de Lai como líder provoque un deterioro inmediato de la situación en el estrecho de Taiwán.
Lazos con Washington
Por otra parte, la victoria de Lai podría significar que Taipéi seguirá reforzando la coordinación en materia de defensa con Washington, un factor potencialmente irritante en las relaciones entre Estados Unidos y China, escribe The Wall Street Journal. No obstante, el diario señala que el Gobierno de Lai tendrá que superar probables obstáculos legislativos, dada la falta de mayoría de su partido en la asamblea legislativa, para aplicar políticas que Washington considera fundamentales para la defensa de Taiwán.
«Cóctel de influencias»
Sin embargo, también existe la opinión contraria de que China podría emprender alguna acción contra la nueva administración de la isla. Ryo Hinata-Yamaguchi, investigador principal de la Iniciativa de Seguridad Indo-Pacífica del ‘think tank’ estadounidense Atlantic Council en el Centro Scowcroft de Estrategia y Seguridad, opinó que «Pekín podría intensificar su cóctel de influencias políticas, militares y económicas contra el Gobierno de Lai», lo que complicaría aún más la política interna taiwanesa e intensificaría las tensiones entre Pekín y Taipéi, así como «desestabilizaría el entorno de seguridad del Indo-Pacífico».
Hung Tran, investigador principal del Centro de Geoeconomía de Atlantic Council, recordó que Lai ganó con el 40 % de los votos, lo que significa que los votos combinados de los partidos de la oposición alcanzaron el 60 %. Según el experto, este hecho «refleja la realidad de que la mayoría de los votantes valoran su independencia y libertad de facto, pero quieren ver un alivio en las tensiones con China».
Además, el especialista menciona que es probable que Pekín «intensifique su intervención para frustrar a la nueva Administración», sobre todo en lo que se refiere a la legislación que autoriza el dinero para la compra de armas a Estados Unidos.
También sugirió que China podría dar los primeros pasos para el bloqueo marítimo de Taiwán, que es una parte vital del comercio mundial, pues suministra el 63 % de los chips semiconductores y el 73 % de los microchips avanzados de todo el mundo, lo que a su vez podría repercutir notablemente en la disponibilidad y los precios de las mercancías.