(20 de febrero de 2019. El Venezolano).- No es difícil presagiar los hechos que necesariamente se desprenderán de las jornadas democráticas del sábado 23 de febrero por parte de la inmensa mayoría del pueblo venezolano para lograr que la Fuerza Armada NACIONAL no acate órdenes ilegales del usurpador de la presidencia d la República y permitan que ingrese la cuantiosa ayuda humanitaria que han enviado países amigos y organizaciones filantrópica de todo el mundo.
Por cierto, queda muy mal el usurpador cuando se niega a que ingrese esa ayuda con las excusas más pueriles que pueda presentar, y por otro lado habla de recibir ayuda humanitaria de Rusia por más de 300 toneladas de medicinas y alimentos para este viernes 22. Esto da a entender que se admite que existe una crisis humanitaria que de manera contumaz el régimen comunista niega, pero al mismo tiempo deja ver el sesgo político del régimen para el cual esta ayuda es buena, pero la verdaderamente humanitaria, porque surgió de la grave crisis de alimentación y salud que ha hecho ir de su patria a la de cuatro millones de venezolanos, es mala. Algo como lo ocurrido con los golpes de estado fracasados de Hugo Chávez del 4F y 16N del año 92. Aquellos fueron buenos sin importar las muertes que causaron, y hasta los celebran como si fuera fechas patrias, pero el del 11 de abril del 2002 fue un mal golpe. Y ASÍ, los comunistas revolucionarios no son golpistas, pero los opositores si lo son.
Pero me voy a atrever á especular acontecimientos políticos que necesariamente habrán de producirse en el país y le cambiarán totalmente la faz al panorama actual y a la historia de la nación.
Los hechos del 23 de febrero tienen que desembocar necesariamente y lógicamente en la salida de Nicolás Maduro de la presidencia que usurpa, y así abrirle paso al rescate de la democracia secuestrada por el déspota y la camarilla comunista, cómplice y obsecuente, que la ha servido de comparsa en su proyecto de destrucción del país y de entrega a los intereses cubanos que son quienes finalmente dirigen la política local.
Este cronista piensa que el Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, no se va a tirar este cacho de agua de intervenir directamente en las políticas conjuntas de esa nación y de otras decenas de países democráticos del mundo en búsqueda de la salida de Maduro del poder, de una manera negociada como intención primaria, para dejar a Maduro liso, sin consecuencias.
No señor. Trump no va a quedar como un bolsa y Maduro como el gran líder que soporta el cerco del imperio y quedó victorioso para burlarse de los Estados Unidos.
No. Aquí están en juego muchas cosas. El régimen alega que lo gringos quieren el petróleo y el oro y demás minerales que la naturaleza pródigo a esta tierra, pero que se los ha dilapidado y robado esta mierda de revolución.
Mentira. Los gringos tienen petróleo y oro por coñazo, así como otros minerales muy importantes. Se trata es de un asunto de seguridad y defensa nacional para los Estados Unidos pues tienen información de las andanzas de fundamentalistas árabes en nuestro país. Se habla de presunta explotación oculta de uranio por parte de los iraníes, elemento fundamental para fabricar bombas atómicas y una de ellas para sacar a Israel del mapa, como ya lo expresaron jerarcas del brutal régimen iraní. Y al lado de esto graves acusaciones de estar implicados miembros del alto Gobierno y Generales de la FAN en el detestable delito del narcotráfico.
Los norteamericanos, apoyados por el mundo civilizado europeo y continental le han tendido un cerco democrático al régimen comunista e inconstitucional de Maduro, que lo han arrojado contra las cuerdas y si se conserva en el poder es por el apoyo cómplice de un Generalato que no quiere percatarse de la grave crisis humanitaria que acaba con miles de vidas y pone en peligro el futuro de Venezuela Trump no está hablando pistoladas.
Maduro saldrá del poder indefectiblemente y a cambio de una salida honorable para él y sus cómplices, su final puede ser muy triste de llegar a ser juzgado en el Tribunal Internacional de la Haya por crímenes de lesa humanidad. Maduro se va, y con él su tiránico régimen para que Venezuela recupere su democracia y salga del atolladero al cual la llevaron estas dos décadas perdidas de una revolución que se lo robo todo y acabó con casi todo