(14 de octubre del 2019. El Venezolano).- Un grupo de personas con condición de discapacidad en Carabobo salió a protestar en sillas de ruedas para exigir al gobierno y a las autoridades de distintos organismos que vuelquen su mirada hacia ellos y les ayuden a sobrellevar su situación, que se ha agravado con la crisis del país.
César Heredia, de 32 años de edad, narró lo complicado que es vivir en Venezuela bajo esa circunstancia. Dijo que no consiguen las medicinas que requieren y temen por el deterioro de la salud, debido a que también se ha vuelto cuesta arriba alimentarse y atender sus padecimientos físicos.
“Hacemos un llamado al Estado venezolano para que se respeten nuestros derechos humanos que vemos cómo se vulneran, en especial el derecho a la salud, a la alimentación, entre otros (…) Tenemos compañeros que necesitan una bolsa de colostomía o sondas que no hay en el país.
Necesitamos con urgencia la ayuda humanitaria compleja. Está en riesgo la vida de las personas con discapacidad en Venezuela”, recalcó Heredia desde la plaza Santa Rosa, al sur de Valencia.
En medio de la protesta, los manifestantes recordaron que en Venezuela existe una ley para personas con discapacidad, por lo que exigieron que se cumpla a cabalidad, al igual que la Constitución Nacional.
“Tenemos más de 30 compañeros hospitalizados en los distintos centros de salud de Carabobo. Muchos tienen escaras debido a la paraplejia. Pero,, además hoy no sabemos cuántos llegan a hospitales por accidentes y tienen que ser amputados, entonces sus familias comienzan a buscar tratamientos y gastar miles de dólares para resolver el problema que acarrea una amputación”, añadió César Heredia.
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Los manifestantes refirieron que necesitan mantener una buena alimentación, entre otras razones, porque es necesario vencer la debilidad que con cierta frecuencia suelen sentir. Además indicaron que necesitan pañales, sillas de ruedas en buenas condiciones y medicamentos que sus médicos les prescriben. Ninguno de los presentes recibe ayuda de parte de organismos gubernamentales para sufragar esos gastos, informó El Estímulo.
Henry Romero, de 49 años de edad y residenciado en Ciudad Chávez, al sur de la capital de Carabobo, explicó que es importante contar con un colchón anti-escaras porque pasa muchas horas acostado. “Mis hijos me ayudan con los gastos de alimentación, pero yo casi no salgo ya de mi casa”.
Francisco Castillo, que lleva seis años en silla de ruedas, relató que comprar los dos cauchos de la silla les cuesta 80 dólares, pero que deben ingeniárselas para hacer el esfuerzo de adquirirlas al no tener manera de movilizarse, sobre todo porque la ciudad no ofrece facilidades para ellos.
“Muchos días no podemos usar el metro, tampoco las camionetas se detienen. Nos toca andar en nuestras sillas, rodando y rodando”, indicó Castillo, de 29 años de edad.