(15 de septiembre del 2021. El Venezolano).- David Villavicencio es un venezolano, que huyó de la dictadura chavista, y se vino a Estados Unidos.
Él, junto a un numeroso grupo de venezolanos, lleva 7 años a la espera de ser llamados a la entrevista por asilo político.
La angustia lo carcome junto a su familia; su esposa y una niña desde 2014. “7 años de incertidumbre de no saber qué va a ocurrir con nuestro estatus migratorio, con nuestra hija que ahora tiene 10 años que no conoce otra realidad que no sea la americana”, expresó el connacional, que montó un negocio de distribución de alimentos para sostener a los suyos.
Aunque cuenta con Social Security y permiso de trabajo, no se siente protegido pues su status está como en standby; en suspenso; a la espera de que el departamento de Inmigración le diga qué hacer con sus vidas. “Uno de los obstáculos como solicitante de asilo es que no puedes comprar, por ejemplo, una casa, porque te niegan crédito. Es algo imposible”, se quejó Villavicencio.
Sin embargo, en el tiempo que lleva en la Florida se dedicó a trabajar y creó una empresa, en el Sur de Florida, que distribuye alimentos, paga impuestos y genera empleos para norteamericanos y latinos, lo que demuestra cómo el extranjero es importante para EEUU.
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