(11 de septiembre del 2023.El Venezolano).- Las fotos de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, y el expresidente de Cataluña, Carles Puigdemont, en el Parlamento Europeo bien puede costarle unas nuevas elecciones a Pedro Sánchez.
Por José Antonio Medina Ibáñez
Los españoles tienen comprada la imagen de Puigdemont como la del prófugo que huyó en un maletero, la del vividor que se pasea por Europa y tiene una villa en Waterloo, una zona de ricos en las afueras de la capital belga, que aunque algunos dicen que los gastos los lleva su amigo, Josep Maria Matamala, nadie conoce la verdad de dónde salen los dineros para pagarla.
Además, nadie en España, especialmente los independentistas, ha olvidado que teniendo la independencia en sus manos se acojonó en su minuto de mayor gloria. Eso es tener raza.
El caso es que se ha montado un alboroto en el reino de los borbones por la reunión con Puigdemont, sin embargo, uno se pregunta el por qué, si todos sabíamos que se negociaba con los independentistas.
Bueno, quizá porque Díaz ha reiterado, sin toser, el encaje de la amnistía en la Constitución, dos, porque las imágenes que todos conocemos de ese encuentro rebosan una excesiva y bisoña cordialidad por parte de la vicepresidenta y, tres porque Pedro Sánchez ha dicho que esa reunión fue una cosa del partido de Díaz, SUMAR y el de Junts Per Cataluña, pero que los indultos y la reforma del Código Penal tendrán vía libre en su próximo gobierno. Entonces. ¿está de acuerdo, no?
Lo que pasa es que inmediatamente, para rematar el cuento y darle más credibilidad al discurso de la probidad de Sánchez, la portavoz socialista, Isabel Rodríguez, en rueda de prensa, le dijo a todo el mundo que el Psoe y el Gobierno en funciones solo se negocian temas que estén dentro de la Constitución. Este batiburrillo no lo entiende nadie.
O sea, que la mujer, con un par de narices, se fue a Bruselas de por libre a ofrecerle no se sabe qué cosas al catalán a cambio de su apoyo a la investidura de Pedro, sin que éste lo supiera o, enterándose del viaje cuando Yolanda tenía el pie izquierdo en la escalerilla del avión. No, no. Conociendo al presidente esto no cuela.
Entonces, uno se vuelve a preguntar, si tal vez la más brillante de sus ministras mete así la pata, por qué no nos presentan a los negociadores oficiales, o es que no tienen a nadie negociando con Puigdemont. Se lea como se lea, esto como que no se lo cree nadie.
Para colmo, el diputado fugado, con cara de cañón amartillado en frío, dejó claro públicamente lo que quiere: El independentismo pleno; La amnistía para todos los que le rodean y, un mecanismo (ley) para garantizar esos acuerdos.
Sabiéndose fuerte, añadió un ultimátum: que esto es solo el inicio que establece para comenzar a negociar el apoyo a la investidura. Aquí de estrategia ni un pelo, si el otro no quiere, pues que negocie con Feijóo. Chulito el tío ¡eh !
Así que, la pelota de los tropiezos está ahora en el tejado socialista; hasta el momento los sinsentidos de Núñez Feijóo, le daban cierta calma a las negociaciones con los independentistas, pero desde Bruselas todo ha saltado y el tufo a elecciones en enero 2024 ya se huele, aunque Díaz asegure, con sonrisa de orejas, que la reunión le dio buenas vibraciones, que habrá gobierno socialista. Es queee, donde hay un inteligente, no puede estar peatón atropellado más de dos veces.