(22 de abril del 2021. El Venezolano).- Cuando Ronald Nabki recibió su título de médico hace poco más de un año, Venezuela arrancaba su confinamiento por la pandemia de coronavirus. Desde entonces no ha parado de trabajar entre los turnos en el hospital y las llamadas que atiende como voluntario en una línea telefónica de asistencia que ahora está desbordada.
Nabki, de 28 años, es uno de los médicos voluntarios que atiende en Llamadas SOS, una línea de emergencia creada por la facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela (UCV), la más importante del país y de donde él es egresado, para atender a personas que sospechan estar enfermos.
Venezuela atraviesa el peor momento de la pandemia ante la segunda ola que las autoridades califican de “más virulenta” y que vinculan a dos variantes brasileñas.
Los hospitales y clínicas están desbordados y “el flujo de llamadas por covid-19 es bastante alto”, dice a BBC Mundo Marledys Machuca, otra de los 18 médicos voluntarios participantes del programa
“Puedo atender 50, 60, 70 pacientes cada día, y a veces se descontrola”, asegura. “Hay mucho miedo en los pacientes que llaman, piensan que se van a morir o complicar”.
“La línea está saturada”, confirma Nabki, que ha redoblado turnos porque “es muchísimo trabajo” y no quiere “que las llamadas se pierdan”.
El día que habló con BBC Mundo contestó unas 60 llamadas en cinco horas a través de un mecanismo que las desvía a su celular.
“Y hubiesen sido más… El problema es la conexión telefónica” de personas que llaman desde la provincia, donde existen fallas de comunicación, agrega.
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