(07 de diciembre del 2021. El Venezolano).- El director de la oficina europea de la Organización Mundial de la Salud (OMS-Europa), Hans Kluge, se ha mostrado a favor de la vacunación de niños más pequeños, ya que «no solo reduce su papel en la transmisión de COVID-19, sino que también los protege de la gravedad pediátrica», y, por otro lado, en contra de exigir la vacunación a la población, ya que considera que es el «último recurso» en caso de «agotar todas las demás opciones viables para mejorar la aceptación de la vacunación».
En rueda de prensa, Kluge ha recordado que los datos muestran que la incidencia de la covid-19 es de 2 a 3 veces mayor entre los niños pequeños que en la población promedio. Esta situación no es «inusual» y los riesgos que conllevan «se extienden más allá de los propios niños».
«A medida que se acercan las vacaciones escolares, también debemos reconocer que los niños contaminan a sus padres y abuelos en el hogar, con un riesgo diez veces mayor de que estos adultos desarrollen una enfermedad grave, sean hospitalizados o mueran cuando no están vacunados», ha señalado.
Por tanto, ha recomendado en todas las escuelas primarias el uso de mascarillas, la ventilación en espacios interiores, y las pruebas periódicas. En cuanto a la vacunación infantil, ha afirmado que «debe ser discutida y considerada a nivel nacional, como parte de la medida de protección escolar».
En cuanto a la conveniencia de hacer obligatoria la vacunación contra el coronavirus, un debate abierto en el seno de la Unión Europea para contrarrestar la resistencia de parte de la población a inocularse, el director de la OMS-Europa considera que éste debe ser el «último recurso», y solo puede aplicarse «cuando se han agotado todas las demás opciones viables para mejorar la aceptación de la vacunación».
Aunque, ha señalado, «ha demostrado ser eficaz en algunos entornos para aumentar la absorción de vacunas. Pero la eficacia de los mandatos es muy específica del contexto. Se debe considerar el efecto que la obligación de la vacunación podría tener sobre la confianza del público, así como la aceptación de la vacunación».
«Lo que es aceptable en una sociedad y comunidad puede no ser efectivo y aceptable en otra. La vacunación obligatoria debe estar respaldads por consideraciones políticas apropiadas, un plan de implementación integral, que incluya disposiciones para exenciones, y un componente de comunicaciones sólido para la población», ha añadido, según Europa Press.
Y, en última instancia, esta obligatoriedad «nunca deben contribuir a aumentar las desigualdades sociales en el acceso a los servicios sociales y de salud. Cualquier medida que pueda restringir un derecho o movimiento de una persona, como encierros o mandatos, debe asegurar que se cuide la salud y el bienestar mental, que se cuente con un medio de prevención y detección temprana y manejo de la violencia y que el apoyo microeconómico esté disponible para los más afectados», ha señalado cerrando el tema.