(19 de marzo del 2023. El Venezolano).- Antes de la pandemia se consideraba algo exótico, hoy ser nómada digital está de moda. Numerosos países intentan atraer a esta gente con visados especiales. Este estilo de vida —aunque soñado— no está exento de obstáculos.
Son las 8 de la tarde en Bali. Es enero y el termómetro sigue por encima de los 20 °C. Frente a sus portátiles, Chantal Wyss, de 27 años, y Marvin Meyer, de 30, tienen una reunión a través de Zoom, una de tantas al día. En Suiza —siete horas menos— la gente sigue trabajando.
Hace seis años que esta pareja de Berna pasa el invierno en esta isla indonesia. Y hace dos que alquilan una casa que ahora están remodelando en Canggu —el punto neurálgico para nómadas digitales—Enlace externo. “Queríamos tener nuestra propia casa en el país en el que vivimos la mitad del tiempo”, explica Wyss. Por eso han firmado un contrato de larga duración para alquilar la villa.
Wyss es empresaria y tiene su propia marca de moda, que fabrica en Bali y vende en Suiza. Meyer es maquetador y se dedica al marketing digital y en Suiza tiene su propia agencia de grabación. La pareja tiene 12 500 seguidores en Instagram y, en YouTube, cuentan su vida. Meyer también dirige un podcast junto a un amigo. En resumen, encajan en el prototipo de nómada digital: jóvenes, con buena presencia física, autónomos y afincados en una meca del surf.
“Trabacaciones”, fenómeno al alza
La pandemia ha impulsado, sin duda, el nomadismo digital. Lorenz Ramseyer, presidente de Digitale Nomaden Schweiz (Nómadas Digitales en Suiza), dice que no hay cifras oficiales respecto a Suiza. Cita, sin embargo, un estudioEnlace externo de la Wyse Travel Confederation que estima un crecimiento global de 7,5 millones de nómadas digitales en 2017 a 35 millones en 2022.
Para quienes trabajan en Suiza por cuenta ajena, el trabajo móvil y flexible cada vez es más importante, según el estudio FlexWork 2022Enlace externo, encargado por la iniciativa Work Smart. Sería incluso un “requisito imprescindible” a la hora de buscar trabajo para el 15 %; tres veces más que en 2016.
“Nuestra asociación recibe cada vez más consultas de responsables de recursos humanos”, afirma Ramseyer. “Antes optaban por este modo de vida personas autónomas”. Ramseyer cuenta que ahora cada vez más personas desean beneficiarse de las “trabacaciones”, una mezcla de trabajo y vacaciones.
Sarah Althaus no encaja en el estereotipo de nómada digital: tiene 38 años y lleva este estilo de vida con su pareja y sus dos hijos pequeños. También da charlas sobre el tema para Digitale Nomaden Schweiz, entre otros.
“Las finanzas y la escolarización obligatoria son las cuestiones que más preocupan a quienes quieren seguir nuestro ejemplo”, declara y subraya que se puede viajar con niños. “Solo hace falta organización y paciencia”. Su familia regresó en diciembre de su viaje de un año.
Independientemente del tiempo que se esté temporalmente en el extranjero de viaje, cuando se emigra temporalmente hay que tener en cuenta algunas cosas.
Seguro médico y visados
Para quien opta por la vida nómada digital, particularmente el seguro médico es un tema importante. ¿Debería contratar un seguro internacional o tiene más sentido mantener su seguro en Suiza?
“Para quienes parten de Suiza y están siempre en movimiento la obligación de tener un seguro médico en Suiza básicamente se mantiene”, manifiesta Nicole Töpperwien, directora gerente de SoliswissEnlace externo, una cooperativa que apoya y asesora a la población suiza residente en el extranjero.
El permiso de residencia en el país de estancia también puede convertirse en un problema. Wyss y Meyer entraron en Indonesia con un visado de negocios porque la producción de su ropa deportiva tiene su sede en Bali. Sin embargo, por regla general, los nómadas digitales optan por el visado de turista, pero esto suele suscitar críticas, ya sea en términos de legislación laboral o fiscal.
Al fin y al cabo, la persona nómada digital en el país de acogida ejerce una actividad remunerada. Y el permiso de residencia como turista no es un permiso de trabajo. Dependiendo del país, suele haber grandes obstáculos. “Muchos nómadas digitales se mueven en una zona gris”, admite Ramseyer.
Soliswiss también dice que “hacerlo todo bien no es nada fácil”. En su labor de asesoramiento, una y otra vez constata que lo que en la práctica se hace suele ser distinto de lo que desearían quienes legislan.
En los últimos años, no obstante, muchos países han reaccionado y expiden visados específicos para nómadas digitales.Enlace externo“En este sentido, Portugal es pionero: ya antes de la pandemia jugaba la carta del trabajo a distancia”, afirma Ramseyer.
Impuestos
Dependiendo del visado de residencia que se obtenga, no hay que pagar impuestos en el país de acogida. Ramseyer adopta una postura pragmática. “Suiza no parece tener mucho que objetar, ya que los impuestos se siguen pagando aquí”, asegura y añade que los países de acogida difícilmente se quejarían, pues los nómadas digitales se quedan más tiempo y gastan más dinero que los turistas “normales”.
Töpperwien mantiene que “en lo que a la fiscalidad se refiere, hay que estudiar cada caso individual y cada país de acogida de forma específica”. Si alguien está continuamente de viaje y no establece una nueva residencia en ningún sitio, siempre estará sujeto a pagar impuestos en Suiza.
Si, por el contrario, se trabaja varios meses en un lugar —especialmente para un empleador local— puede establecer una residencia y un domicilio fiscal y quedar sujeto a una obligación fiscal ilimitada en ese país, dice. Pero también hay excepciones, y esto hay que aclararlo de manera individual. “Si no se pagan impuestos en ningún sitio, por lo general, algo se ha hecho mal”.
Importancia de la preparación
A pesar de que en este estilo de vida hay obstáculos, Wyss y Meyer siempre ven sus errores en Bali como oportunidades para aprender algo nuevo. Han tenido suerte: solo una vez se toparon con una persona local que no les trató bien.
“Investigando puedes evitar errores de antemano. Una buena preparación es todavía más importante si se viaja con niños”, opina Althaus.
En los últimos años Ramseyer ha observado que los nómadas digitales prestan muy poca atención al equipo técnico. “Para estancias largas, se subestiman las diferencias culturales, la morriña y la falta de una red de negocios”, dice.
Por no hablar de la cuenta bancaria. “Poco hay más desagradable a que te cancelen la cuenta del banco cuando estás en la otra punta del mundo”, declara Töpperwien. Antes de partir, siempre hay que consultar con la entidad en qué condiciones se pueden conservar la cuenta, la tarjeta de crédito y la banca electrónica.