(23 de junio del 2023. El Venezolano).- De cómo se viste la humanidad, por qué estas telas y aquellas no, o por qué irrumpir en las pasarelas con formas poco usuales en unos estadios donde las apariencias y el gesto descortés dominan como el dinero y otras inmodestias, y es que, parte de esa tertulia puede pasar como una banalidad en virtud de los embates clásicos de los conflictos contemporáneos, tanta dejadez existencial, pero no, en modo alguno, nada puede opacar el deslumbrante escenario de la moda, las colecciones, las tendencias, los desfiles, la imagen de la marca, y otras variantes del seductor nicho.
Por Ramón Navarro
De esa bamboleante marejada está emergiendo Alberto Perkinson (Caracas, 23 años), que estudió diseño de modas en Savannah College of Art and Design, SCAD, en Savannah Georgia, cuyos padres; él nacido en Caracas de raíces estadounidenses, y ella, madrileña, con toda la españolidad a cuestas, se conocieron hace más de tres décadas en la capital de Venezuela. “Lo único que recuerdo es que vivía en Colinas de Tamanaco”.
Como diseñador, novel modista, que poco a poco se ha ido estructurando su nivel, sabe que ahora es cuando hay que aprender. En la reciente exhibición que organizó el SCAD, en el campus de Atlanta, la crítica especializada miró y comentó con sorpresa sus deconstrucciones “agresivamente románticas”.
-Tus primeros 10 años en Caracas ¿Ese niño poseía el instinto de la moda, o se te activó en EE.UU.?
Creo que desde pequeño tenía algo, pero el fashion no lo conocía para nada hasta que llegué a la universidad. Desde pequeño me gustaba vestirme bien, ayudaba a mi mamá a vestirse, combinar diferentes cosas. Mi hermana y yo nos vestíamos con disfraces que hacíamos con sábanas que estaban en la casa. Siempre había algún estilo de creatividad, pero después todo eso se fue cuando me vine a Miami, cuando empiezas a enfocarte en los estudios.
-¿Cómo llegas a EE.UU, y por qué te instalas en Savannah?
Llegamos a EE.UU. porque mi papá decidió sacarnos de Venezuela. Él percibió que la cosa se estaba poniendo mal, nosotros nos mudamos a Miami en el 2010, de allí hice toda mi carrera de estudiante aquí, y cuando llegó el día de inscribirme en la universidad no sabía si irme por las moda, que no sabía nada, no había dibujado nada, y solo tenía la inclinación, en el sentido de que me gustaba la ropa, todo el fashion, o irme por una carrera más controlada, stok bróker, que era como el área de inversiones, trabajar en un banco.
-¿Descríbenos tus inicios como diseñador de modas?
Al principio, toda la carrera de la moda, estaba teniendo un poco de dificultad tratando de entender lo del concepto, y poder sacar una colección, que uno pueda explicar de dónde salió cada pieza. Eso me costó. No entendía cómo la gente sacaba cosas de allí. De la nada, un profesor me dijo que todos esos libritos que yo estaba haciendo, no lo tenía que tratar de manera cuadrada, ya que me impedía ver más allá de lo que el librito me podía dar. Me dijo que agarrara el librito y empezara a escribir todo lo que yo quería, a pegar, a lo loco, sin ningún pensamiento en la cabeza. No tenía que verse bonito. Después, empecé a entender, como viendo el final cuando lo terminé, fui escogiendo lo que me hizo pensar en cómo se va a ver la ropa, los diferentes colores, y fui sacando la narrativa que quise pintar.
-¿Qué es lo más difícil de concretar en ese ambiente?
Lo que noto ahora es que hay bastante gente que no está haciendo colecciones con nada detrás de ella, es decir, se hace para sacar dinero. En el principio de la moda, eso no era así. Uno elaboraba las colecciones para contarte una historia, hacerte sentir algo, y ahora se está yendo a algo súper básico. También hay mucha gente que ve eso y se está enfocado en contar historias. No sé si quieren incitar a la política, pero hay una disrupción entre gente yendo por el dinero, y otros causar caos con la ropa.
-¿Cómo defines tu lenguaje, tu concepto, tu identidad?
Por ahora, estoy comenzando en mi lenguaje, y lo que sí quiero es la habilidad de poder contar algunas historias, decir algo con la colección, y dejarte pensando. Veo a mucha de la ropa que hago como piezas de arte, no las veo como una ropa que te la pones, la tiras y la lavas. Es para exhibir. La colección que hice recientemente para mi tesis mostraba eso; la historia y piezas de colección que no se daba para usarlas, es solo para proyectar la historia que quiero contar. Por ejemplo, tenía una falda, que estaba repleta de cartas de amor, y quería que esas cartas las pudiera tener colgadas como si fuera una pintura. No las cosí, y le puse ganchitos en el borde.
-Sobre tu tesis, ¿cuál fue la idea dominante? ¿qué quisiste demostrar?
Para la tesis, cuando comenzamos en la escuela, que hay que hacer tres conceptos, y dos de ellos, los hice sobre unos viajes que realicé a Europa, y el último concepto que usé estaba basado en mi historia personal. No sabía cómo expresar lo que me estaba pasado por dentro, y me estaba volviendo loco. No tenía a quién hablarle. Entonces empecé a hacer mis libritos y a tomar fotos, a escribir una especie de diario. Surgió la historia de alguien que había perdido a alguien que amaba. Trataba de hacer la historia no basada en mí. Surgió una pareja que tuvo un amor breve, y cuando él se va, ella queda con esos sentimientos que nunca se los comentó. Entonces, ella empieza a escribirle, que si puede volver y otras reflexiones. Cuando va enviar las cartas, se da cuenta de que él murió, y es cuando ella se vuelve loca, retorna a casa con todas esas cartas. Agarra sus corbatas, las chaquetas que había dejado, y las empieza a cortar, y de allí ella saca la colección que yo hice para poder sentir a él otra vez. El final, es la falda con todas esas cartas de amor. Va al cementerio y se las lee allí. La historia la sufrí yo. La colección en sí es como; qué hubiera pasado si en el momento en que están juntos, ella le hubiera dicho cómo se sentía.
-¿Qué te llama la atención del lujo?
Depende. Hay gente que piensa que todas estas marcas de lujos también significan obra de mano, y al final del día ellos también tienen sus fábricas en China, y no te dan lo que tú piensas. Para mí el lujo es algo que es hecho de verdad, a la mano, que le tomó tiempo hacerlo, que hay una historia detrás. Que uno sienta el arte en la pieza.
-El buen gusto y el lujo, ¿podrían ir de la mano?
Sí. He visto gente en la calle vestida muy bien, con buen flow, y es solo por el carácter de esa persona, no es que ella está usado un vestido de 50 mil dólares. Las personas tienen su garbo, que cierta ropa le pinta más.
-¿Cuál es la esencia, el mensaje de las prendas deconstruidas que elaboras?
En la colección, ella agarró todas las prendas que él dejó, y estaba tan molesta que empezó a desgarrar todo, y después, vio que en realidad destruyó las únicas piezas que quedaban de él, y empieza a reconstruirlas, y muestra todo el amor que le tenía.
-¿Quiénes son las figuras que más te han influido en el diseño?
Martin Margiela, de Bélgica (integra el muy selecto grupo de diseñadores denominado Los Seis de Amberes). Él tuvo bastante influencia de los japoneses, y sobre todo en la deconstrucción de los trajes. Sus colecciones juegan con las formas de cómo los vestidos y camisas, se veían puestas de diferentes maneras en el cuerpo, no la forma convencional. El otro es John Galiano, hispano-británico, (el sucesor del diseñador Hubert de Givenchy) quien trabajó para varias marcas, entre otras, Christian Dior. Él si es una figura enorme en el fashion.
-¿Se puede ser un buen diseñador aliándose a la Inteligencia Artificial?
Sí, porque en mi tesis tratando de sacar la historia bien, contarla bien, me fui al Chat GPT, y le conté que quería eso; que tuviera estos puntos, y estuve allí como tres horas, preguntando y cambiando, hasta que me dio la historia concreta. Me lo hizo mejor de lo que yo en realidad podía. La usé porque un amigo me dijo que la utilizaba para hacer ensayos en literatura. Me sirvió. No iría al Chat GTP a pedir que me haga una colección para verano 2025. Eso no. No serías tú el diseñador.
-¿Cuáles son los aportes de la cultura gay al mundo de la moda?
La influencia es inmensa, y ha sido de toda la vida. En la escuela hemos hablado que en los 80 y 90, muchos gays, trans, dragqueen, todos influenciaban a los diseñadores, porque ellos, los diseñadores de esa época, iban mucho a esas fiestas. Todo lo que veían, lo sacaban y lo vendían.
-¿Cuáles son las tendencias actuales en las pasarelas?
-Veo muchos brillantes, lentejuelas, plateadas, metales, brillantes tipo Swarovski. Tiene que ver con el trande, elevarlo para sacar lo nuevo de esta etapa. No ir al pasado, sino agarrar la influencia de lo que dominó, y sacar una nueva era.
-Los proyectos en mercadotecnia, ¿hacia dónde se perfila tu creación en este segmento?
Me gustaba los proyectos de mercado cuando tenía que hacer los tema se compra y ventas, hacer el inventario de las tiendas, cuáles son las tendencias que se están viendo. Eso de meterle la ropa a la tienda, me gustaba, y también me gustaba el área de promoción y conceptualización de como se hará la campaña. Contar la historia.