(18 de abril del 2019. EL Venezolano).- La presencia de 605 militares, principalmente en Cúcuta (Colombia) y Boa Vista (Brasil), que decidieron apoyar a Juan Guiadó, a quien reconocieron como su Comandante en Jefe, ha traído consigo la atención de los grupos delictivos que pululan en la frontera entre Colombia y Venezuela. Son organizaciones paramilitares, guerrilleras y hasta narcotraficantes, quienes han visto en los uniformados venezolanos una buena opción para captar combatientes, publica Infobae.
Ha llamado la atención de los irregulares la serie de protestas por parte de algunos de esos militares, quienes han venido reclamando la poca atención por parte de Kevin Javier Rojas Peñaloza y Edith Rossana Barrera Castillo, nombrados por Guaidó como responsables de los aspectos de comando, logística y seguridad de los militares que están en Cúcuta y que son la mayoría de quienes desconocieron a Nicolás Maduro. Además hay 356 civiles.
El principal problema es que los militares no tienen la documentación por parte de Colombia que les permita estar legalmente en el país vecino, ni se les permite trabajar. Es por ello que dependen de los refugios o los hoteles donde están hospedados, los cuales ya han empezado a presentar problemas, por problemas de pago.
Es ahí cuando emisarios de los grupos irregulares han llegado para tratar de captarlos, argumentando que necesitan escoltas, hombres de seguridad y vigilantes, entre otros.
Lea también: Maduro podría tener espías disfrazados de buhoneros en Colombia
Hay quienes cedieron a la tentación para descubrir que los jugosos ofrecimientos en dólares implican algo más que ser guardaespaldas de alguna figura política o de dinero. “Es un grupo delictivo, para lo cual ofrecen darnos entrenamiento con armas de gran potencia. Lo que esconde la oferta final es la cárcel o la muerte”, comenta uno de los contactados.
Los grupos al servicio del narcotráfico son más directos al tratar de captar a alguno de los militares. Son los que ofrecen más dinero y con ello mayor riesgo.
Un grupo paramilitar se presentó ante algunos militares, haciéndose llamar “La Empresa” y ofreció entrenarlos con armas de guerra y muy buena paga, con la excusa de preparar un ejército que enfrente a los mal llamados colectivos en San Antonio y Llano Jorge (Venezuela).
En el hotel Villa Antigua, el que más alberga, hay militares que están entrenando a sus compañeros para ingresarlos a los grupos irregulares. Ahí solo hay hombres, es decir, no hay familias o mujeres ni niños, como en otros refugios, lo cual se presta para desarrollar la actividad.
Continúe la lectura en Infobae