(22 de junio del 2022. El Venezolano).- Un potente terremoto sacudió una zona rural y montañosa del este de Afganistán en la madrugada del miércoles y causó 1.000 muertos y 1.500 heridos, uno de los sismos más mortíferos en décadas, informó una agencia noticiosa estatal. Las autoridades advirtieron que la cifra ya de por sí desoladora podría aumentar.
Seguía siendo escasa la información sobre el temblor de magnitud 6,1 cerca de la frontera con Pakistán, pero los terremotos de esa potencia pueden causar daños graves, especialmente en una zona como esta, donde las construcciones son débiles y los derrumbes son habituales.
AP reseñó que los expertos dijeron que el epicentro estuvo a apenas 10 kilómetros (6 millas) de profundidad, otro factor que podría incrementar la destrucción.
El desastre es una prueba importante para el gobierno liderado por el Talibán, que llegó al poder el año pasado en medio de la caótica retirada de Estados Unidos de la guerra más larga de su historia, dos décadas después de derrocar a la misma milicia tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Los rescatistas llegaron a la zona afectada en helicópteros, pero es posible que la respuesta sea complicada, ya que muchas agencias de ayuda internacionales abandonaron el país tras el ascenso del Talibán.
Llegar a las zonas rurales, incluso en las mejores circunstancias, sigue siendo difícil en Afganistán, una nación sin salida al mar y con caminos montañosos llenos de baches que ahora pueden haber sufrido daños significativos.
Ante las dificultades, un funcionario talibán solicitó ayuda internacional. “Cuando ocurre un incidente tan grande en cualquier país, se necesita ayuda de otros países”, afirmó Sharafuddin Muslim. “Es muy difícil para nosotros poder responder a este enorme incidente”.
El Departamento Meteorológico de la vecina Pakistán explicó que el epicentro estuvo en la provincia afgana de Paktika, a unos 50 kilómetros (31 millas) al suroeste de la ciudad de Khost. Se registraron daños en varios inmuebles en la provincia de Khost, y se sintieron temblores hasta en la capital paquistaní, Islamabad.
Las imágenes tomadas en Paktika mostraban a hombres usando mantas para cargar a los heridos hacia helicópteros que esperaban para sacarlos del lugar. Otros eran tratados en el lugar: un residente recibía fluidos por vía intravenosa sentado en una silla de plástico cerca de los restos de su vivienda, mientras otros estaban tendidos en camillas. En otras fotografías, los residentes rebuscaban entre los ladrillos de arcilla y los escombros de las casas de piedra derruidas, algunas con los tejados o las paredes caídas.
La cifra de fallecidos reportada por la agencia noticiosa Bakhtar igualó a la registrada en un terremoto que sacudió el norte de Afganistán en 2002. Son los más letales desde 1998, cuando otro movimiento telúrico de 6,1 grados y las réplicas posteriores mataron a al menos 4.500 personas en una zona remota del noreste de Afganistán.
En gran parte del mundo, un sismo de esta magnitud no causaría una devastación tan grande, apuntó Robert Sanders, sismólogo del Servicio Geológico de Estados Unidos. Pero, en estos casos, la cifra de víctimas suele depender de la geografía, la calidad de las construcciones y la densidad de población.