(28 de octubre del 2019. El Venezolano).- Unos 40 niños -en compañía de sus padres y representantes- exigieron al gobierno de Nicolás Maduro que se les respete el derecho de tener buena atención de salud. Desde el hospital Oncológico Luis Razetti ubicado en Cotiza, parroquia San José de Caracas protestaron y pidieron que doten el centro de insumos, equipos y personal especializado.
Adrián Olivares tiene nueve años de edad. Junto a sus padres y su hermanito de un año de edad viven en los Valles del Tuy, en el estado Miranda. Cursa tercer grado, es muy buen estudiante y tiene el gran sueño de convertirse en un gran chef .“Yo quiero aprender a preparar el arroz con pollo que tanto me gusta, sopas, caraotas, postres, quiero tener mi propio restaurante”, dice emocionado el pequeño.
Para cumplir su sueño, Adrián lucha desde que tenía cuatro años con un melanoma, un cáncer en su ojo derecho. Desde que fue diagnosticado se ha sometido a varios tratamientos de quimio y radioterapia, costosos exámenes de laboratorios que han tenido que ser costeados por sus padres, además de comprar varios medicamentos en dólares, ante los escasez que se presenta en Venezuela.
Adrián es uno de los 40 pacientes que son atendidos en la sala de pediatría oncológica, en el hospital Luis Razetti y que con pancartas en mano salieron a protestar, junto a sus padres, para que las autoridades del gobierno de Nicolás Maduro, reparen el aire acondicionado y otros equipos, entreguen los tratamientos y contraten al personal especializado que los puedan atender.
Maryori Olivares, la madre de Adrián, señala que estos años han sido tiempo de lucha, que junto a su esposo y su familia han atendido todas las necesidades de su hijo que padece de cáncer: “y ahora estamos con el alma en un hilo, siempre vivimos con un susto, pues nos han dicho que van a cerrar la sala de pediatría oncológica, que van a remitir a los niños a otros hospitales y que nosotros tenemos que ver cómo logramos buscar los medicamentos. Eso es una violación al derecho a la salud que tienen nuestros hijos”.
Los afectados señalan que además de la reparación del aire acondicionado en la sala de pediatría, se requieren mejoras en la campana en donde se preparan las quimioterapias, pues en caso contrario no se puede colocar el tratamiento. “Cada vez que vamos a conversar con el director del hospital, dice que no nos puede atender, o sencillamente nos cierra las puestas”, dijo otra de las representantes.
Yarbely Machado, tiene cinco años de edad, tiene su cabeza rapada, pues las quimioterapias le tumbaron todo el cabello. La pequeña junto a su madre también participó en la protestas a las afueras del hospital.
“Me llamo Karla Rodríguez, soy la madre de Miguel que tiene tres años de edad, tiene un cáncer en el ojo derecho y ahora metástasis en los pulmones, venimos desde San Félix en el estado Bolívar, para que le coloquen la quimioterapia, pero llegamos al hospital Luis Razetti y nos han dicho que no tienen como atenderlo, que venga otro día. Las autoridades no quieren entender que el cáncer es una enfermedad que no espera. La vida de nuestros hijos es lo primero”, señaló la angustiada madre.
Héctor Villegas trabajó como camillero en el centro de salud. También se sumo a la protesta de los niños y sus padres: “Me llena de tristeza e impotencia todo lo que están pasando, no solo los niños sino todos los pacientes de este hospital, adultos, jóvenes, abuelos, que vienen con la esperanza de poder lograr una cura a sus males de salud y se encuentran con este panorama tan desconsolador. Aquí en el hospital no hay nada, no hay agua, no hay reactivos, no hay ni algodón, y ahora tienen la amenaza de cerrar la sala de pediatría oncológica. Las autoridades no entienden de la emergencia que aquí se vive”.
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