(23 de noviembre del 2020. El Venezolano).- Recientemente, hace muy pocos días, Nicolás Maduro, el usurpador de la presidencia de la republica según la legítima Asamblea Nacional de Venezuela, acaba de mostrar otra faceta más de su naturaleza despótica, autoritaria y totalitaria.
Maduro ha dicho, sin anestesia, que le solicitará a la nueva Asamblea Nacional que salga electa de las fraudulentas elecciones del seis de diciembre, a las cuales no acudirá más del ochenta por ciento de los inscritos en el registro electoral, que legislen para controlar las redes sociales.
Maduro no se conforma con cuanto ha hecho hasta el momento para evitar que la información circule libremente en Venezuela. Acabó, prácticamente, con los medios impresos al negar su régimen el papel periódico que se requiere para la circulación de las ediciones impresas- Aquí solamente tienen papel periódico y otros insumos que requieren los medios para los pasquines del régimen como El Correo del Orinoco y Vea,y otros diaruios que fueron independientes, y hoy están al servcio del gobierno con sus sartas de mentiras y noticias manipuladas.
Maduro, sin nombrarla, recordó la ley Responsabilidad Social en Radio y televisión, conocida como ley resorte diciendo que “la radio tiene leyes y la gente tiene que cumplir unas leyes, unas obligaciones. La televisión tiene leyes, inclusive la televisión por cable. La prensa tiene sus leyes tiene sus libertades y sus límites”.
Estos señalamientos los formuló en una cosa que bautizaron como Congreso de Comunicaciones digitales 3.0, donde dijo además que en redes sociales como twitter, Instagram y Facebook se publican mensajes contra la revolución bolivariana. Fue en este momento cuando soltó su amenaza totalitaria de exigirle “al nuevo parlamento y sus futuros nuevos funcionarios “a debatir sobre leyes, regulaciones y cumplimiento de la constitución por parte de las redes sociales. Contra Venezuela todo se vale en esas redes sociales que las gobierna una oligarquía invisible”.
No es la primera vez que Maduro incursiona en esta andanzas dictatoriales . El 13 de noviembre de 2017, luego de un reunión para promover la “ley contra el odio, por la convivencia pacífica y la tolerancia” promulgada por un decreto ley de la ilegal y usurpadora constituyente roja rojísima, el nazista Ministro de Comunicaciones, Jorge Rodríguez, anunció que el régimen de Maduro controlará de manera severa las redes sociales.
Esta propuesta que ha formulado nuevamente Maduro debe traer consigo también una vieja intención del iniciador de la tragedia social y política que vive Venezuela, ese ser demencial que respondía al nombre de Hugo Chávez, de obligar a los canales internacionales que se ven en el país a que tengan que plegarse a las cadenas del régimen, lo cual no pudo concretar.
Maduro formula esta indecente propuesta en la seguridad que tiene de que el fraude que tiene montado su régimen para el seis de diciembre desembocara en una ilegítima AN, írrita e ilegal, dominada ampliamente por los Diputados postulados por el partido que lo sustenta en el poder, con mayoría requete absoluta para hacer a sus anchas, tal como lo ha venido practicando la subrepticia constituyente.
Este cronista se atreve a hacer ejercicios de futurología y afirmar que una vez instalada la fraudulenta asamblea, Maduro solicitará que lo habiliten para legislar en las materias que se le ocurran y este bodrio legislativo quedará para reunirse y aprobar las leyes que le envíen desde Miraflores. Convidados de piedra.
Maduro es un comunista que atiende los dictados del régimen cubano y otros de signo totalitario que no creen en democracia ni en libertad y solamente usa las elecciones como fachada para hacer ver ante el mundo que tiene un origen democrático, intención que no consigue porque en estos momentos es desconocido por los estados Unidos, Canadá, la Unión Europea, la casi totalidad de los países democráticos del continente americano reunidos en el grupo de Lima, y otros gobiernos libres.
Maduro quiere ir a la hegemonía comunicacional, al control total de la sociedad, propuesta hace un tiempo por quien fuera Ministro de Propaganda, Andrés Izarra, quien hoy disfruta la vida loca por los cantones suizos donde fijó su residencia.
Maduro y su porquería de revolución quieren uniformar las comunicaciones. Quieren un solo medio al estilo canal ocho, secuestrado por el régimen porque ese es un canal de todos los venezolanos y no de la revolución. Donde no existen las denuncias del desastre y colapso de los servicios públicos, donde no hay inflación que ha empobrecido a más del noventa por ciento del pueblo venezolano, donde no hay delincuencia desbordada, donde no hay transporte, donde no hay gasolina. El régimen quiere unos medios que presenten un país de las maravillas, y las redes sociales se han constituido en el vinculo que tienen los ciudadanos para comunicarse libremente y de allí la perversa intención de controlarlas.
El régimen quiere unos medios y unas redes donde le metan a la población la especie del suicidio del Concejal Fernando Alban y no se conozca que en realidad fue suicidado lanzándolo del décimo piso de las instalaciones del Sebin por órdenes de no se sabe quién. Quieren unos medios y unas redes sociales donde no se sepa de las sanciones contra militares y funcionarios del régimen que se han enriquecido robándose el dinero de los venezolanos quienes tienen sus cuentas y propiedades en Estados Unidos congeladas e intervenidas, y por muchos de los cuales existe una jugosa recompensa en millones de dólares por su captura, encabezados por el propio Nicolás, por cuya cabeza hay una recompensa de quince millones de dólares.