(24 de junio del 2022. El Venezolano).- “Los poetas no se equivocaron cuando pusieron al miedo siempre al lado del terror.” Daniel Habiff.
Escrito por Neuro J. Villalobos Rincón
Colombia acaba de ratificar aquella sentencia que señala que nadie escarmienta en cabeza ajena. A la fecha en que escribo este artículo, cuatro días después de las elecciones del 19 de junio de este año, millones de líneas han sido escritas y miles de opiniones han sido emitidas sobre el tema, sobre los resultados y consecuencias para el mundo democrático y también para los regímenes autocráticos. Sin embargo, creo necesario dedicar unas líneas más para referirme a algunos aspectos que considero necesario resaltar.
Lo cierto es que todavía es muy temprano para conocer qué hará el nuevo presidente electo que tomará posesión el próximo 7 de agosto de este año, día en que se conmemora otro aniversario de la histórica batalla de Boyacá. La primera gran lección política es que los candidatos a la presidencia de un país no pueden ser unos improvisados o que no tengan un perfil de formación muy elevado y profundo. Recordemos que hay personas que parecen interesantes que sólo son personas interesadas.
Es prudente y necesario esperar los anuncios de quienes integrarán el equipo de gobierno y la orientación de las primeras medidas, aunque el cielo encapotado anuncia tempestad y es inquietante conocer que harán por lo menos cuatro sectores muy importantes de la vida colombiana.
En primer lugar, las fuerzas armadas que han combatido por muchos años a las guerrillas de las FARC y el ELN y que ahora su comandante en jefe será un ex-guerrillero que si bien se ha integrado a la vida institucional democrática llegando a ser Alcalde, Senador y ahora Presidente por la vía electoral, no ha renunciado públicamente a su ideario comunista fracasado en el mundo entero, que lo podría llevar a la eliminación de las bases militares norteamericanas establecidas en territorio colombiano por acuerdos bilaterales, con las consecuencias que ese acto supone.
En segundo lugar, cuál será la posición de las fuerzas políticas representadas en el Congreso cuya sumatoria no es favorable al denominado pacto histórico que llevó a Petro al poder. Aprobará sus propuestas o se opondrán a ellas?
En tercer lugar, que hará la rancia oligarquía colombiana ante las actitudes de resentimiento y de odio de la izquierda ahora en el poder, cuyo predicamento es contrario a los intereses de grupos y familias muy poderosas que históricamente lo han dominado? Se dice que el capital es muy cobarde. ¿Huirá antes de ver afectado el suyo?
En cuarto lugar, cuál será la reacción de los jóvenes que votaron esperanzados por un cambio ante la frustración y la decepción por las promesas que no pueden ser cumplidas y el engaño de que serán objeto, ya que pronto se darán cuenta que nadie ofrece más que aquél que no está dispuesto a cumplir?
Lo que sí debemos tener claro es que Venezuela y la mayoría de los venezolanos no seremos favorecidos con el triunfo de Gustavo Petro ya que su compromiso ideológico con Maduro y los chavistas tenderá a fortalecer más a un régimen que ha convertido al país más rico de América Latina en la nación más miserable del continente, de donde han tenido que huir más de seis millones de personas y seguirá teniendo la calificación de riesgo-país más elevada según los indicadores de la firma J.P Morgan y reseñado por Bloomberg, con lo cual, el capital, siempre cobarde, no vendrá.
Si Petro es muy inteligente como lo afirma el ex-presidente Uribe, debe tomar en consideración que le ha tocado dirigir a un país en el peor momento geopolítico y geoeconómico de su historia, donde los escenarios mundiales están siendo estremecidos por la irracionalidad, la ambición, la injusticia, la deslealtad, la deshumanización y la pérdida de creencias espirituales, por lo que no le conviene ni a él ni a su país, alinearse y navegar junto a quienes van a querer anclarlos en el pasado y desviarlos de un futuro más luminoso. Lo inteligente y sensato sería mirarse en nuestro espejo, evitar la indeseable y amarga violencia y seguir por el sendero de la democracia que con todo y sus imperfecciones sigue siendo la mejor forma de gobierno y la mejor forma de vida.