(14 de junio del 2022. El Venezolano).- Un barco petrolero de bandera iraní, con un cargamento de cerca de 1.000.000 de barriles de crudo del país de Oriente Medio, llegó a aguas venezolanas durante el fin de semana, según un documento de transporte visto por Reuters.
El cargamento es el tercero de petróleo iraní suministrado por la empresa Naftiran Intertrade Co. a la petrolera estatal venezolana PDVSA como resultado de un contrato de suministro que provee a la nación sudamericana de crudo más ligero. Venezuela ha estado procesando el petróleo iraní en sus refinerías.
El petrolero Suezmax Sonia I, que partió del puerto iraní de la isla de Kharg, a principios de mayo, tocó aguas cercanas a la refinería venezolana de Amuay el sábado, según un aviso oficial de su llegada y los datos del buque de Refinitiv Eikon.
Otros dos petroleros de bandera iraní, los buques de transporte de crudo de gran tamaño (VLCC) Dino I y Silvia I, habían llegado el mes pasado a puertos venezolanos con los primeros embarques de crudo de la nación persa para Venezuela. Posteriormente cargaron petróleo pesado venezolano y combustible para Irán a cambio, según los datos de seguimiento y los calendarios de PDVSA.
Desafiando las sanciones de Estados Unidos a ambas naciones, Irán ha enviado desde 2020 combustible a Venezuela y ha ayudado en las reparaciones de las refinerías.
El contrato firmado por las empresas estatales de los países en mayo cubre la rehabilitación y ampliación de la refinería El Palito de PDVSA, con capacidad para procesar 146.000 barriles diarios, y también amplió un acuerdo de intercambio acordado el año pasado para intercambiar condensado iraní por crudo pesado venezolano.
El sábado, Irán y Venezuela firmaron un plan de cooperación de 20 años en Teherán, y el líder de la República Islámica dijo que los aliados seguirían resistiendo la presión de Washington.
El plan abarca la cooperación en los campos de la producción y refinación petrolera, la petroquímica, la defensa, la agricultura, el turismo y la cultura. También incluye la entrega del segundo petrolero construido por el astillero iraní SADRA para Venezuela.
Esta compañía lleva más de una década sometida a sanciones estadounidenses por sus vínculos con la élite de la Guardia Revolucionaria de Irán.