(23 de junio del 2021. El Venezolano).- Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea presionarán mañana al primer ministro húngaro, Viktor Orban, para que retire una polémica ley que discrimina y estigmatiza al colectivo LGTBIQ, en el marco de una reforma para proteger al menor de delitos de pedofilia que Bruselas ha tachado ya de «vergüenza» y avisado de que viola el Derecho de la UE.
Bruselas reaccionó con tibieza en los primeros días tras la tramitación de la ley pero el tono fue subiendo desde las capitales hasta tensar el debate que los 27 tuvieron el martes en Luxemburgo para preparar esta cumbre y que acabó con más de la mitad de las delegaciones firmando una dura declaración reclamando acciones legales de la Comisión Europea contra Budapest.
Aunque la agenda formal distribuida por el presidente del Consejo, Charles Michel, a los líderes deja fuera este asunto, la mayoría de las delegaciones da por hecho que se convertirá en el asunto central porque muchos líderes esperan escuchar las explicaciones directas de Orban y quieren pedirle que retire la norma.
Algunos líderes se han expresado ya en público, como la canciller alemana, Angela Merkel, que ha dicho que le parece un «error» esa ley y ha dejado claro que este tipo de normas discriminatorias son incompatibles con sus ideas políticas.
Otras delegaciones han mostrado su preocupación y malestar en las discusiones a nivel de embajadores o ministros pero dan por hecho que los líderes abordarán la cuestión en la cena del jueves, en un debate «cara a cara», porque a su juicio el pulso trasciende lo «ideológico» y afecta a la defensa de valores y principios fundamentales de la UE.
La jefa del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, por su parte, ha dicho que la legislación es una «vergüenza» y ha prometido emplear «todos los poderes» de que dispone su Ejecutivo para proteger los derechos fundamentales en este país.
Sin embargo, las críticas de sus socios europeos no han hecho cambiar de postura al Gobierno de Orban, quien ha respondido a Bruselas que lo vergonzoso son las declaraciones de Von der Leyen y ha acusado al resto de países de la UE de basar sus comentarios en «acusaciones falsas», lo que augura un debate difícil entre los jefes de Estado y de Gobierno.
En todo caso no será el único asunto en la agenda de un Consejo europeo de dos días en los que su presidente, Charles Michel, espera abordar también las difíciles relaciones con interlocutores clave como Turquía y Rusia, incluida una petición alemana de última hora para que los líderes estudien invitar a una futura cumbre de la UE al líder ruso, Vladimir Putin.
Otro asunto clave de esta cita es la gestión migratoria y las dificultades del bloque para consensuar una reforma de la política de asilo capaz de respetar el equilibrio entra la solidaridad que reclaman los países en la primera línea de entrada a la UE y la responsabilidad de gestionar el flujo, que países como Hungría o Polonia consideran no les incumbe.
Michel quiere centrar la conversación en la dimensión exterior de la reforma, que la aboga por mayor colaboración con los países de origen y tránsito para contener el flujo y combatir las mafias, porque es el elemento que menos problemas plantea a los Veintisiete.
En este marco, se espera también que las conclusiones finales envíen un mensaje de condena a los países terceros que «instrumentalizan» a los migrantes para sacar rédito político de esta presión sobre la UE, aunque no identifica a ningún vecino en concreto.
Fuentes europeas apuntan que la crisis de mayo con Marruecos por el paso de migrantes sin control a Ceuta y el paso de refugiados iraquíes desde Bielorrusia a Lituania son los ejemplos más recientes que los países han tenido en mente al redactar este asunto.
Con todo, la instrumentalización de la migración no es una mención que se incluyera a petición de España, aunque fuentes diplomáticas sí conceden que tal referencia recoge una «verdad indiscutible que no está de más recordar».
La cumbre también incluye una conversación entre los líderes sobre la recuperación económica de la que no se esperan grandes sorpresas más allá de celebrar la aprobación de los primeros planes nacionales de reformas e inversiones.
Está previsto que los Veintisiete animen a avanzar en el G20 y en la OCDE para lograr un acuerdo sobre los impuestos a las multinacionales y también que constaten la ausencia de progresos a nivel de ministros para completar la Unión Bancaria.
Europa Press