(10 de octubre del 2020. El Venezolano).- A este cronista le gustaría saber cómo es que Nicolás Maduro va a darle un vuelco a la destrozada economía del país, cuyo único responsable es él solo y nadie más, aunque las culpas se les echa a Donald Trump y al imperio, con la aprobación de una Ley llamada Antibloqueo, aprobada por una constituyente que la mayor parte de las naciones civilizadas del mundo desconocen por ser ilegitima y siguen atendiendo a la Asamblea Nacional de Venezuela que preside Juan Guaido.
Maduro tal vez tiene un serio problema de pérdida de la memoria que no le permite recordar que casi desde el inicio de su gobierno legítimo que culminó el 10 de enero de 2019, comenzaron a hacerse notables las consecuencias del desastroso desempeño económico que venía dándose en el país desde los inicos de esta maldición llamada evolución.
En mayo del año 2014, transcurridos apenas unos meses de su gobierno, ya había empezado a hacer agua el barco revolucionariuo al producirse una baja considerable en los precios del petròleo producto de una nueva coyuntura económica mundial y dio inicio a lo que calificó como una nueva «ofensiva económica» para acabar con la alta inflación, el desabastecimiento de productos básicos y el déficit fiscal que aquejaban al país que, además, vivía momentos de tensión política y social producto de la crisis que ya era evidente. Comenzó un proceso de inflación y de carestía de los productos de primera necesidad y de enseres domésticos que llevaron a implementar un sistema llamado biométrico instalado en los grandes supermeracdos y tiendas del ramo para limitar las compras de alimentos por la escasez.
Esto ocasionó unas descomunales colas a medio sol por los cuatros costados del país en las cuales muchas personas de tercera edad llegaron a fallecer producto del cansancio y el estres que tenian que soportar metidas en esas hileras espectaculares de venezolanos que ya acusaban el desastre revolucionario que a paso de perdedores destruia todo a su paso, esperando el momento de poder entrar a sacar un solo producto por clase.
Entonces, Nicolás,no había sanciones de los Estados Unidos ni embargos a los cuales atribuirles el desastre de tu gobierno. Te estabas cocinando en tu propia salsa, la salsa de la revolución. No tenías a quien culpar porque controlabas todas las instituciones del país las cuales estaban arrodilladas a tus pies-
Maduro y quienes lo han acompañado en el plan de destrucción de Venezuela olvidaron que en ese 2014 presentó al país once motores de la economía para incentivar la inversión y la producción estancada por el rentismo petrolero acrecentado en los años de gobierno de Chávez.
La «ofensiva» consta de varios elementos, pero sobre todo buscaba reanimar la producción nacional, estancada por décadas en parte por el rentismo petrolero que impera en el país con mayores reservas de crudo del mundo. En ello quería contar con una empresa privada que había sido coñaceada desde el mismo inicio de la revolución con expropiaciones y confiscaciones cuyos resultados comenzaron a verse años después cuando esas empresas y predios productivos del campo venezolano que eran modelo de desarrollo, estaban arrasadas
Revisemos los motores de Maduro de ese entonces: Petróleo, Petroquímica, Agroindustria, Agropecuaria, Turismo, Automotriz, Comunicaciones, Construcción, para nombrar algunos de los más importantes.
Dos años después estos once motores ni siquiera los pudieron arrancar y los resultados se notaban en un país cada vez en aumento de la crisis económica y social, con mayos escasez y con una elevada inflación que convertía en nada los salarios de los trabajadores.
Dos años después nos vinieron con otro cuento de quince motores que al parecer habían pasado aceite y los habían anillado. Quisieron justificar el fracaso con una excusa salida de la sala situacional de Miraflores que maneja una caterva de comunistas españoles: la guerrra económica. Ahora hablaban de la Feria de la Agenda Económica Bolivariana con sus motores: Hidrocarburos, Petroquímica, Agroalimentario, Minería, Telecomunicaciones e Informática, Construcción, Industria Militar, Turismo, Industria, Forestal,Farmaceútico, Economía Comunal y Social,Exportaciones y Nuevas Fuentes de Divisas, Industrias Básicas y Banca, Finanzas y Seguro.
No arrancó ninguno de los motores y el país venía en carrera desbocada al precipicio con una hiperinflación que ya lleva tres años y en esta materia tenemos otro record, que ha empobrecido al 85 por ciento de la población a niveles tales que hoy día el salario minimo de un trabajador por su trabajo de un mes es de menos de un dólar, mientras un cartón de huevos cuesta tres dólares y un kilo de carne cuesta cinco dólares.
Es necesario recordar estas cosas porque han sido planes sobre planes, motores sobre motores, mentiras sobre mentiras las que ha veniido exponiendo Nicolás Maduro ante el pais cada año de su fracasado gobierno y los resultados los tenemos allí: mas de cinco millones de venezolanos partieron a distintos confines, especialmente jóvenes y profesionales en búsqueda del futuro que su priopio país les niega. Servicios públicos colapsados en su casi totalidad: los hospitales desabastecidos, no hay agua, la electricidad es racionada en medio de apagones que acaban con los electrodomesticos por los cuales nadie responde y la paciencia de los venezolanos en efervescencia. No hay transporte y no hay gasolina. El país está paralizado, pero Maduro le echa la culpa a Trump por las medidas contra su administración,pero éstas apenas tienen unos dos años, mientras que la crisis de su gobierno ya lleva ocho años.
Visto ésto pregunto cómo es que con esta Ley Antibloqueo van a recomponer el desstre que han causado durante más de veinte años de este proyecto de destrucción de Venezuela.
No se´nada de Economía y Derecho aun cuando he tratado de meterme dentro de sus intringulis, pero leo a los que saben y han calificado este instrumento como un adefesio jurídico que viola preceptos constitucionales y que la Asamblea Nacional Constituyente «no tiene poderes para decretar leyes, solo para redactar una Constitución que luego debe ser refrendada por el pueblo”.
Lo que sí sé es que una economía destruida no se puede reanimar mediante una ley sino con políticas económicas serias, coherentes, que garanticen confianza a las inversiones extranjeras que huyeron del país. Que realmente se respete el estado de derecho que esta malhadada revolución pisoteó y puso en desbandada a propios y extraños.
Finalmente, estoy persuadido que este país no irá a ninguna parte mientras este usurpador continuie en el poder.