(11 de diciembre del 2020. El Venezolano).- “Un pueblo que elige corruptos, impostores, ladrones y traidores no es víctima, es cómplice.”
George Orwell
No nos hagamos falsas expectativas. La consulta popular es necesaria pero no suficiente; no por eso deja de ser muy importante. Es necesaria para demostrar al mundo nuestro profundo espíritu democrático y cumplir, quizás, una exigencia. La gran mayoría de los venezolanos no somos cómplices, admitimos nuestros errores y estamos dispuestos a enmendarlos. Hemos intentado todos los medios pacíficos y transitado las vías democráticas posibles y sugeridas para quitarnos de encima el peso de la cruel dictadura que nos atosiga, persigue, aterra y avergüenza. Hemos puesto en evidencia que hemos aprendido a utilizar el voto.
Aún cuando el voto es la máxima expresión de la democracia, el fundamento y objetivo principales de ésta es brindar la mayor suma de felicidad posible o por lo menos, el mayor bienestar de la población en libertad. Por eso, negarse a participar en un evento electoral amañado es un acto de rebeldía del pueblo democrático venezolano. No ir a votar no sólo es un rechazo al régimen sino a la manipulación del voto porque en la jerga popular se decía que ya los resultados estaban listos, que lo que faltaba era la simulación de unas elecciones. No es, como otros aseguran, la pérdida de fe en el voto y por consiguiente en el sistema democrátio.
La utilización del voto y la recuperación de su valor se pondrá en evidencia con la consulta popular que manifestará nuestra convicción democrática y la fuerza moral para solicitar la ayuda internacional porque solos no podemos, no es una ayuda a Guaidó y su gobierno interino, es a la gran mayoría del pueblo venezolano que la solicita urgentemente porque como dice Jeremy McDermott, Director Ejecutivo de la Fundación Insight Crime, dedicada al estudio del crimen organizado a nivel mundial: “Lo que está claro es que mientras más tiempo permanezca el gobierno de Maduro en el poder más fuertes se volverán los elementos criminales en el país y se consolidará la posición de Venezuela como centro regional del crímen.” En Venezuela, señala, actúan 16 feudos criminales en conjunto con el régimen de
Maduro por lo que la quiebra del Estado cambió la dinámica de poder en el país. Maduro ha entregado más poder a elementos criminales.
De allí la urgencia de que el mundo conozca que es el pueblo de Venezuela quien solicita y apoya la intervención organizada de otros países aliados de la democracia, para sacudirnos esa peligrosa presencia del crimen y el terrorismo internacional que se ha alojado en el territorio nacional. No es a Guaidó, mucho menos a esos líderes que dejaron de serlo porque sobre sus hombros pesa mucho la sombra del financiamiento de Odebrecht y de otras organizaciones y personalidades corruptas con dinero mal habido, ligados al régimen indecente que nos atenaza.
La situación que padecemos es harto difícil y comprometedora, pero, lo que está en juego es la democracia en el Continente americano y buena parte del mundo. No pensemos que inmediatamente después de la consulta popular los marines y otras fuerzas aliadas sacarán a Maduro y sus bandas de delincuentes por el pelo, pero sin duda, después de esa consulta legal nuestra condición moral se fortalece ante el planeta, así como nuestro espíritu democrático y al fin se convencerán y nos convenceremos de que a veces es necesario fustigar los caballos de la ira para salvar la libertad y al sistema democrático de manera oportuna.