(07 de mayo del 2025. El Venezolano).- Eleazar López Contreras nació el 5 de mayo de 1883 en Queniquea, estado Táchira. Su infancia estuvo marcada por la ausencia de su padre, el coronel Manuel María López, quien falleció cuando Eleazar aún era un bebé. Desde los 16 años tomó las riendas de su destino al unirse a la Revolución Liberal Restauradora liderada por Cipriano Castro.
Desde su llegada a Caracas junto a Castro, su carrera militar ascendió rápidamente. Fue nombrado edecán del líder revolucionario y con el tiempo su trayectoria lo llevó a convertirse en General en jefe y presidente de la República. Aunque inicialmente cercano al poder de Castro, López Contreras gobernó bajo el mandato de Juan Vicente Gómez, quien le confió grandes responsabilidades hasta que en 1935 asumió la presidencia tras la muerte del Benemérito.
El fallecimiento de Gómez desató incertidumbre en el país, un momento de tensión política y social que exigía liderazgo firme. López Contreras supo responder con serenidad y determinación, pronunciando su célebre frase: “Calma y Cordura”, palabras que sirvieron para apaciguar a la población y estabilizar el gobierno hasta su elección como presidente constitucional en el período de 1936 a 1941.
A lo largo de su mandato, López Contreras promovió reformas que sentaron las bases de una nueva Venezuela. Su enfoque institucionalista buscaba una transición pacífica hacia una gobernanza más democrática, poniendo en marcha medidas sociales, económicas y políticas que marcaron un cambio significativo en la historia del país.
Hoy en día, recordar la figura de Eleazar López Contreras nos invita a reflexionar sobre la necesidad de rescatar y fortalecer la democracia. Su legado de estabilidad, diálogo y progreso sigue siendo un referente para construir un país donde la participación ciudadana y la institucionalidad sean el pilar del desarrollo.
La historia nos enseña que, sin democracia, se pierde el equilibrio entre el poder y el pueblo, y es responsabilidad de cada generación asegurar que los valores democráticos prevalezcan. Y como decía Eleazar, hay que tener “calma y cordura” porque al final de esta crisis también vamos a salir.