(17 de junio del 2024. El Venezolano).- El pasado 16 de junio se cumplen tres años de la toma de posesión de Karim Khan como Fiscal de la Corte penal Internacional.
Durante este tiempo tenemos que reconocer que el Sr. Khan ha impulsado un cambio sustancial en los procesos que se adelantan por esa Fiscalía, en cumplimiento de los lineamientos marcados en el Estatuto de Roma, para que la Corte Penal Internacional se ocupe de la investigación y castigo de los más graves crímenes que se cometan contra la humanidad.
Ante los graves hechos que hemos conocidos en los últimos tiempos derivados de conflictos internacionales, no hay duda de que su voz se ha hecho presente para denunciar a los presuntos responsables, evidenciando ante la Comunidad Internacional la existencia de esta instancia jurisdiccional dispuesta a cumplir sus obligaciones, independientemente de la mayor jerarquía de los autores o coautores.
Asimismo, Khan ha actuado con eficacia en la simplificación de los procedimientos que hasta ahora se adelantaban mediante exámenes preliminares que se eternizaban.
Hoy, de 15 casos que encontró al llegar a La Haya, quedan sólo 3, los demás fueron desestimados o pasados a fase de investigación, como ha ocurrido con el caso Venezuela I.
Al reconocer su efectividad en tan delicadas funciones, debemos hacer propicia la ocasión para solicitarle mayor celeridad en la imputación y formulación de cargos a los responsables de los gravísimos crímenes de lesa humanidad cometidos en Venezuela contra una parte de su población, que además no cesan, por tratarse de un crimen continuado cuyos autores continúan en ejercicio del poder.
El caso Venezuela I es el más grave crimen contra pueblo alguno, que se haya cometido en el Continente Americano, con mas de 8,5 millones de desplazados forzosos, y cuya resolución será una importante señal, no sólo para los altos cargos que integran la organización criminal, que se ha involucrado en su planificación, estrategia y ejecución, cometida como política de estado.
Tambien será una acción ejemplar para quienes en otros países del Continente, han sojuzgado a sus pueblos.