(19 de enero del 2021. El Venezolano).- Un día de toma de posesión como ningún otro en Washington. Joe Biden y Kamala Harris serán investidos presidente y vicepresidenta el miércoles en una capital desierta y ocupada por el ejército.
Las autoridades exhortaron a los residentes de Washington a quedarse en casa para seguir virtualmente la ceremonia de toma de posesión del 46° presidente de los Estados Unidos, para no correr riesgos con la epidemia de covid-19. También hicieron un llamado para que la gente no viaje desde otros estados a la capital.
Aunque quieran seguir la investidura, los ciudadanos se verán disuadidos de hacerlo por el gigantesco despliegue de fuerzas de seguridad en la capital, a raíz de la invasión del Congreso del 6 de enero por seguidores del presidente saliente Donald Trump, en la que murieron cinco personas.
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Precisamente, el otro gran ausente de las ceremonias será el propio Trump. Cuando Joe Biden preste juramento, habrá dejado Washington, rompiendo la tradición de una transferencia de poder pacífica y cortés.
Refugio en Mar-a-Lago
El multimillonario republicano seguramente ya estará en su club en Mar-a-Lago, Florida, cuando Biden ingrese a las 17H00 GMT al anfiteatro provisional construido cada cuatro años en la escalinata del Capitolio. Planea salir de Washington el miércoles temprano.
“A todos los que lo han preguntado, no asistiré a la ceremonia de investidura del 20 de enero”, dijo lacónicamente en uno de sus últimos mensajes en Twitter, antes de que la red social le cancelara indefinidamente su cuenta.
Es el primer presidente desde Andrew Johnson en 1869 que se negó a asistir a la investidura de su sucesor.
Según la tradición, el presidente saliente y la primera dama dan la bienvenida a la nueva pareja presidencial en la mañana de la inauguración y luego todos juntos van hasta el Capitolio.
A diferencia de Trump , si estará presente el vicepresidente Mike Pence.
Guardia Nacional desplegada
Desde esa “insurrección” – como la calificó Biden- contra el Congreso, templo de la democracia estadounidense, la capital federal se ha transformado en una ciudad atrincherada.
Más de 20.000 efectivos de las Guardias nacionales -reservistas del ejército-, patrullan las calles fuertemente armados. Se colocaron cercas con mallas de alambre y bloques de concreto para proteger edificios y monumentos como la Casa Blanca y el Capitolio, o para cerrar ejes viales enteros.
Para los veteranos de la guerra de Irak, el centro de la ciudad parece la zona verde de Bagdad.
El “National Mall”, una enorme explanada que va desde el Monumento a Lincoln hasta el Capitolio, estará cerrado al público. Aquí es donde cientos de miles de estadounidenses se congregan tradicionalmente para saludar a su nuevo presidente.
En cambio, un “campo de banderas” de casi 200.000 pancartas representará a los ciudadanos que no pudieron realizar el viaje.
La policía estadounidense ha advertido en repetidas ocasiones que las amenazas de nuevos ataques armados por parte de grupos de extrema derecha son reales. Por ello estará atenta a posibles disturbios durante este día histórico.
Con información de AFP