(06 de junio del 2023. El Venezolano).- La ley de inmigración de Florida, que entra en vigencia el 1 de julio, ya comenzó a despertar temores en la población y anaĺisis por parte de los expertos. La mayoría concuerda en que las medidas causarán una gran escasez de mano de obra en la agricultura y la construcción del estado.
De acuerdo con el Instituto de Políticas de Florida hay 53 trabajadores por cada 100 puestos vacantes. Esta realidad pone a la entidad en la categoría “más grave” de escasez de empleados.
Pedro Marcos, inmigrante de Guatemala, aseguró a un medio local que dos ex compañeros de trabajo abandonaron Florida luego de que el gobernador Ron DeSantis firmó la ley de inmigración.
“Solo quiero que los políticos nos entiendan. Hacemos el trabajo que nadie más quiere hacer”, señaló Marcos, de acuerdo con Miami Diario.
La nueva ley requiere que las empresas con 25 o más empleados verifiquen el estado migratorio antes de contratar a alguien. Aquellos que no lo hagan se enfrentan a multas y la suspensión de la licencia para operar.
Delitos graves
Para los trabajadores también hay castigos dentro de la ley de DeSantis. Quienes usen una identificación falsa para conseguir un trabajo podrán ser acusados de un delito grave.
A raíz de esto, el Instituto de Políticas de Florida prevé que las industrias que más necesitan la mano de obra podrían perder al menos el 10% de su fuerza laboral. Esto le costaría al estado 12.6 mil millones de dólares en tan solo un año.
“La economía sufrirá si se ven obligados a abandonar el estado”, indicó a medios locales Franciso Larios, profesor de economía en el Miami Dade College.
Además, la ley también considera un delito grave transportar inmigrantes a Florida, lo que podría afectar a parejas casadas de estatus mixto o trabajadores agrícolas que viajan juntos.
Estas restricciones están causando temor entre los empleados de la construcción y el campo, dos áreas con alta contratación de inmigrantes.
“Todos están inquietos. Solo queremos trabajar para ayudar a nuestras familias”, manifestó un empleado del sector construcción.
Algunos trabajadores han renunciado por su propia voluntad, mientras otros recibieron una notificación de sus empleadores.
“Me dijeron que no fuera a trabajar. Que no podían arriesgarse”, dijo un guatemalteco para Diario Las Américas, quien laboró en el cultivo de fresas en la zona de Homestead.