(18 de abril del 2019. El Venezolano).- Si se cumplen los pronósticos que hacen los funcionarios del presidente Juan Guaidó, a fines de abril y, sobre todo durante el mes de mayo, la escasez de alimentos y los cortes de energía alcanzarán niveles dramáticos en Venezuela. En el entorno del presidente interino creen que en un país que es importador neto de alimentos, la carencia de divisas sobrevendrá a la decisión de las petroleras rusas e indias de restringir el comercio con el régimen de Nicolás Maduro luego de las sanciones impuestas por los Estados Unidos, y llevará a la crisis humanitaria a niveles no vistos hasta ahora, informó Infobae
A diferencia de los anteriores intentos de desplazar al régimen chavista, esta vez, creen en el gobierno interino, Guaidó goza del apoyo de la mayoría del pueblo venezolano, cada vez más contrario al régimen a medida que arrecian las penurias. Además, destacan que Guaidó ha logrado encolumnar detrás de su figura a toda la oposición al régimen, antaño afecta a las internas y las divisiones.
Sin embargo, tras la euforia que desató la juramentación de Guaidó, son varios los gobiernos de los países miembros del Grupo de Lima que han perdido el optimismo. A fines de marzo, en una entrevista pública realizada por el escritor Mario Vargas Llosa en la cena de la Fundación Libertad en Buenos Aires, el presidente argentino Mauricio Macri sintetizó ese sentimiento: “La verdad es que hubo un pico hace un mes de presión que sentíamos que iba a pasar algo y el tiempo corre a favor de Maduro de vuelta y el ejército corrompido que lo rodea. Así que no, la verdad que no sé, no… no soy optimista, no soy optimista”.
En los ambientes diplomáticos reina la misma incertidumbre y el mismo escepticismo. Fue lo que se percibió, por ejemplo, en una reunión privada organizada por el embajador peruano en Buenos Aires, John Peter Camino Cannock, y de la que participó Elisa Trotta, embajadora designada por el gobierno de Guaidó en la Argentina. Con el fantasma de una posible intervención militar estadounidense agitándose desde Washington, en el mediodía del miércoles eminentes analistas internacionales argentinos acercaron propuestas y posibles cursos de acción a Camino Cannock, a Trotta y a diplomáticos argentinos que siguen de cerca la situación venezolana.
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Los apenas 13 países del Grupo de Lima –Argentina, Brasil, Canadá, Colombia, Costa Rica, Chile, Guatemala, Guyana, Honduras, Panamá, Paraguay, Perú y Santa Lucía-, sumados a Estados Unidos, están aún lejos de conseguir los dos tercios necesarios (24 votos) para lograr una resolución de la Organización de los Estados Americanos (OEA) que tenga algún tipo de ejecutividad. A diferencia de lo que sucedía en el pasado, cuando los Estados Unidos encolumnaban a pequeñas naciones caribeñas en las votaciones relacionadas a la dictadura de los hermanos Castro en Cuba -resistidas por el bloque de Argentina, Brasil y Uruguay-, en la actualidad son esos países del Caribe los que bloquean la posibilidad de cerrar aún más el cerco sobre Maduro desde la OEA.
Si bien ya desde tiempos de Hugo Chávez el régimen venezolano ha sabido garantizarse la fidelidad de pequeñas naciones del Caribe sobre la base de petróleo barato, satisfacer la relativamente baja demanda energética de esos países a cambio del voto a favor de algún tipo de intervención humanitaria es algo completamente accesible para Estados Unidos, además de ser mucho menos impopular y costoso que una intervención militar, sugirió un analista.