(11 de agosto del 2020. El Venezolano).- Algunos días atrás, escribí unas cortas líneas en las que comentaba acerca de la historia de ambición y deseo por la que atravesaba la Federación Venezolana de Futbol; en ese momento cabía decir solo que podía matar, pero ahora ya es necesario decir que mata. Pues si respetados colegas e interesados en el deporte nacional, lo que he venido denunciando hace muchos años se consuma casi al pie de la letra, esta es una de esas ocasiones en las que prefieres no haber tenido la razón porque ahora esto implica la vida de un ser humano. Ha fallecido el señor Berardinelli, en algún momento intercambie algunas palabras con él y le señale que estaba siendo muy noble en la forma de enfrentar a la banda delincuencial que es el chavismo en el deporte. Miré y le señalé como la mayoría de los federativos venezolanos no dimensionan aun que están tratando con un ÑU (como decía en su momento el señor Oscar Yanes) para graficar el hecho de que estaban usando formas políticas con individuos que no son políticos, solo son delincuentes asesinos que con descaro usan la política deportiva para consumar sus actos ilícitos.
En este momento ya es incorrecto decir que el señor Berardinelli falleció; porque sobran los argumentos para demostrar que el señor Berardinelli fue asesinado por la codicia Chavista. La codicia y la ambición desmedida del señor Pedro Infante quien (y me mantengo firme en mi aseveración) orquestó toda una cruzada de acciones para tomar la Federación Venezolana de Fútbol, pasando por una fase que consistía en utilizar las instituciones del Estado para, y cito, “la inhabilitación del señor Berardinelli” además de un conjunto de maniobras maquiavélicas para sacarlo del camino. Consumado el asesinato, hoy se frotan las manos después de haber enviado mensajes de consuelo a sus familiares y amigos, hoy se frotan las manos por haber quitado del camino el obstáculo que les quedaba; y déjenme decirles que seguirán las acciones para tomar la federación tal vez con algunos nuevos matices; quizás cambien a la persona que deberá estar al frente, o tal vez busquen y encuentren algún traidor que por algunas monedas venda su alma, pero sin duda alguna seguirán hasta tomarla. Esto no se detendrá y continuaran con otras federaciones, llegaran hasta el Comité Olímpico Venezolano, para hacer exactamente lo mismo que han hecho con el deporte desde el ministerio, solo destruir y devastar; convertirán al deporte en una herramienta de control social, y lo que ya viene mal se pondrá peor, aumentaran las ya existentes cantidades de atletas que practican el deporte solo para obtener los viáticos de sus viajes, aumentara la cantidad de federativos esperando algún evento para también hacerse de los viáticos y utilizarlos como sustento de vida.
Los escenarios de decidía empeoraran si no hacemos nada, seguiré gritando al vacío llamando a todas las fuerzas del deporte venezolano, deportistas, atletas, entrenadores, clubes, asociaciones y federaciones a operativizar procesos para dar una batalla digna, de la naturaleza del atleta y del deportista; naturaleza que los hace indetenibles, hombres y mujeres acostumbrados al trabajo duro y a la lucha constante para obtener la victoria, entrenando cada día, mejorando en todo momento, corrigiendo errores, eliminando debilidades, administrando las derrotas para aprender de ellas hasta conseguir la forma óptima y lograr la gloria y el éxito, en este caso el éxito es no permitir que muera el deporte venezolano.
Busquemos en el fondo de nuestros corazones de competidores apasionados, allí encontraran algo que los politiqueros no saben que existe y no tienen idea de la magnitud de esa fuerza, es esa fuerza que tantas veces nos hizo ganar aquella pelea que parecía íbamos a perder y cerca del final con un contundente golpe, llave o toque logramos convertir en una victoria épica, fuerza que en aquellos últimos metros de esa carrera en la que ya no teníamos aliento nos levantó y logramos remontar y ganar, como cuando hicimos aquel ultimo disparo con la elegancia y la inteligencia necesaria para acertar y levantar la copa, como esa última jugada en aquel partido que parecía imposible donde no quedaba tiempo y la derrota significaba la eliminación pero inexplicablemente logramos ejecutarla anotamos y obtuvimos la victoria, como esa competencia donde solo una última ejecución impecable nos daría el triunfo y con esa presión encima logramos un gesto técnico perfecto para obtener el oro, eso necesita nuestro deporte venezolano, que hagamos algo y que lo hagamos bien, tenemos algo que ellos no tienen y es esa voluntad inquebrantable de lucha y de batalla. Gente del deporte, hemos dedicado nuestra vida a perseguir el éxito, así que no haremos nada que no hayamos hecho antes, nuestros corazones y nuestra sangre han sentido la gloria divina e inmaculada al izar nuestra bandera y al hacer sonar nuestro himno como fruto de nuestro esfuerzo diario.
Ahora icemos nuestra bandera y hagamos sonar nuestro himno, sacando a esta manada de delincuentes del deporte venezolano, no a la injerencia en ninguna instancia del deporte.