(15 de julio del 2021. El Venezolano).- Un equipo de investigadores internacionales, dirigido por la Universidad de Bolonia, en Italia, ha descubierto los restos fósiles de microbios recicladores de metano que vivían en un sistema hidrotermal bajo el fondo marino hace 3.420 millones de años, según publican en la revista ‘Science Advances’.
Estos microfósiles son la prueba más antigua de este tipo de vida y amplían las fronteras de los entornos potencialmente habitables en la Tierra primitiva, así como en otros planetas como Marte.
El estudio, en el que también han participado científicos de centros de Alemania, Sudáfrica y Francia, analizó especímenes de microfósiles en dos finas capas dentro de una roca recogida en el cinturón de piedra verde de Barberton, en Sudáfrica. Esta región, cercana a la frontera con Eswatini y Mozambique, contiene algunas de las rocas sedimentarias más antiguas y mejor conservadas de nuestro planeta.
Los microfósiles tienen una cubierta exterior rica en carbono y un núcleo química y estructuralmente distinto, consistente con una pared o membrana celular alrededor de la materia intracelular o citoplasmática.
La profesora Barbara Cavalazzi, autora principal del estudio, explica que han encontrado pruebas «excepcionalmente bien conservadas de microbios fosilizados que parecen haber florecido a lo largo de las paredes de las cavidades creadas por el agua caliente de los sistemas hidrotermales a pocos metros por debajo del fondo marino. Es probable que los hábitats subterráneos, calentados por la actividad volcánica, hayan albergado algunos de los primeros ecosistemas microbianos de la Tierra y éste es el ejemplo más antiguo que hemos encontrado hasta la fecha», añade.
La interacción del agua de mar más fría con los fluidos hidrotermales del subsuelo más cálidos habría creado una rica ‘sopa’ química, con variaciones en las condiciones que dieron lugar a múltiples microhábitats potenciales. Los grupos de filamentos se encontraron en las puntas de los huecos puntiagudos de las paredes de la cavidad, mientras que los filamentos individuales estaban repartidos por el fondo de la cavidad.
El análisis químico muestra que los filamentos incluyen la mayoría de los principales elementos necesarios para la vida. Las concentraciones de níquel en los compuestos orgánicos proporcionan una prueba más de los metabolismos primordiales y son coherentes con el contenido de níquel encontrado en los microbios modernos, conocidos como procariotas Archaea, que viven en ausencia de oxígeno y utilizan el metano para su metabolismo.
«Aunque sabemos que los procariotas Archaea pueden ser fosilizados, tenemos muy pocos ejemplos directos. Nuestros hallazgos podrían ampliar el registro de fósiles de Archaea por primera vez hasta la época en que surgió la vida en la Tierra», subraya la profesora Cavalazzi.
«Como también encontramos entornos similares en Marte, el estudio también tiene implicaciones para la astrobiología y las posibilidades de encontrar vida más allá de la Tierra», aventura.