(15 de octubre del 2019. El Venezolano).- El Fondo Monetario Internacional (FMI) volvió a recortar sus previsiones para América Latina este martes, por la desaceleración en Brasil y México, la profundización de la crisis en Argentina y el ahondamiento del colapso de Venezuela.
Con una “considerable” revisión a la baja, el FMI proyecta un crecimiento de 0,2% en la región en 2019 lo cual significa un recorte de 0,4 puntos porcentuales (pp) desde sus últimas previsiones hechas en julio.
Para 2020, las perspectivas fueron recortadas 0,5 pp a un nivel de 1,8%, lo que sitúa las previsiones de la región por debajo del promedio de la economía mundial, que según el FMI crecerá 3% en 2019 y 3,4% en 2020.
“En América Latina, la actividad se desaceleró notablemente al principio del año en las grandes economías, debido principalmente a factores idiosincráticos”, dijo el FMI en su informe, según EFE.
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Ya en abril la entidad había rebajado en 1,2 pp el crecimiento regional esperado.
“La considerable revisión a la baja para 2019 refleja un recorte para Brasil, donde el suministro minero lastró la actividad, y para México, donde la inversión sigue siendo débil y el consumo privado se ha desacelerado”, dijo FMI en su informe.
En el caso de México, el FMI citó “la incertidumbre sobre las políticas, un debilitamiento de la confianza y un alza de los costos de los préstamos”.
Para Brasil, el FMI recomendó que se mantenga una política monetaria para acompañar al crecimiento y destacó que la “reforma de las pensiones es esencial”.
“Va a ser necesaria una mayor consolidación fiscal para cumplir con el límite de gasto establecido por la Constitución en los próximos años”, dijo la entidad.
En el caso de México, el FMI dijo que es “esencial” que el gobierno adhiera a un plan de consolidación fiscal a medio plazo, “para preservar la confianza del mercado y estabilizar la deuda pública”.
El FMI proyecta que el crecimiento en América Latina aumente desde 1,8% proyectado para 2020, pero que siga en un nivel por debajo de la barrera del 3% en el medio plazo por “rigideces estructurales, las lábiles condiciones del comercio y los desequilibrios fiscales”.