(29 de abril del 2019. El Venezolano).-La farmacéutica española, SM Pharma una de las más importantes en Venezuela demandó al gobierno venezolano en EEUU luego de la confiscación de la empresa.
La demanda fue valorada en 200 millones de dólares si se incluyen sólo los tangibles a la vista, una cifra que se elevaría hasta 850 millones sumando la deuda internacional no pagada, inventarios y los 213 registros sanitarios cosechados en 40 años de trabajo.
SM Pharma cuenta con el apoyo de la Embajada de España en Caracas y el Ministerio de Exteriores español, que reclamó por escrito al régimen de Nicolás Maduro.
«Se agotaron todas las opciones. Desde 2015 fuimos sometidos a coacción absoluta, acciones hostiles permanentes y acoso, incluso nos obligaron a entregar al Estado cantidad de productos. El interés del gobernador del Zulia (Omar Prieto) era expropiarnos para entregar nuestra sociedad a grupos del poder» confirmó a El Mundo, Raimundo Santamarta, presidente del grupo e hijo del fundador.
A pesar de lo declarado por el régimen madurista las cifras señalan que SM Pharma produjo un billón de unidades en un año, desde medicamentos cardiológicos a analgésicos y anticonvulsivos, entre muchos otros, mientras que bajo la tutela chavista sólo fueron capaces de distribuir 11.000 jarabes para la tos.
«Veinte días antes de la toma nos habían dado el certificado de buenas prácticas y, 16 días antes, el permiso para producir productos contra el cáncer y la cirrosis. Uno de nuestros productos lo utilizó el cantante José Luis Rodríguez, «El Puma», para su terapia anticancerígena durante dos años y medio mientras conseguía su donante de pulmón. ¿Cómo nos pueden acusar de paralizar la empresa, si hemos demostrado inversiones constantes?», señala el empresario de origen español.
Por este motivo la empresa se vio en la obligación de iniciar acciones legales en el extranjero luego de que el Tribunal Supremo de Justicia negara la solicitud de nulidad interpuesta.
Actualmente SM Pharma sólo con el 20% de su personal, incluso de 14 profesionales de alta cualificación sólo quedan tres en la planta, «con lo que es imposible seguir trabajando», afirma Raimundo E. Santamarta, vicepresidente de la compañía.