(26 de septiembre del 2020. El Venezolano).- La Unión Europea no monitoreará las elecciones parlamentarias en Venezuela el 6 de diciembre. Ni tienen tiempo para organizar la misión, ni garantías de que las elecciones serán libres, justas y transparentes. Por eso el Grupo de Contacto Internacional sobre Venezuela, del que también forma parte Argentina, le pide a Nicolás Maduro unas “condiciones mínimas de credibilidad, transparencia e inclusión”. Estas son:
– Respeto a la actual Asamblea Nacional. Por ser la “elegida democráticamente”.
– Entregar los partidos políticos a sus líderes. El gobierno de Maduro ha entregado las siglas de los principales partidos de oposición del país a políticos afines. De ahí que el Grupo de Contacto pida “la devolución del control de los partidos políticos a sus administradores legítimos”.
– Liberar presos políticos. Se pide “el cese de la inhabilitación y el enjuiciamiento de los líderes políticos, el pleno restablecimiento de sus derechos y de otros candidatos a la igualdad política”.
– Renovar el padrón electoral. Tiene que ser una “actualización integral”. Que incluya a los votantes jóvenes y a los venezolanos en el exterior, más de cinco millones.
– Un árbitro independiente. El actual Consejo Nacional Electoral (CNE) fue elegido por el Tribunal Supremo de Justicia, afín a Maduro. Pero la ley dice que es la Asamblea Nacional la responsable de nombrar el CNE que, según el Grupo de Contacto Internacional, tiene que ser “independiente y equilibrado”.
– Libertad de prensa. Se insta a la “participación igualitaria y el acceso irrestricto a todos los medios”.
-Que los venezolanos negocien las condiciones. “Un proceso negociado, de propiedad de los venezolanos, que conduzca al restablecimiento de los poderes públicos, elecciones transparentes y monitoreadas internacionalmente y un paquete de garantías que permita la convivencia política, son elementos esenciales para superar la crisis, lograr la reconciliación nacional y la recuperación económica”.
– Garantías para los observadores electorales. La misión electoral tiene que observar “sin interferencias, incluido el acceso sin obstáculos”.
El Grupo de Contacto Internacional también se refirió a la Misión de la ONU que señaló al gobierno, incluido al propio Maduro, de cometer crímenes de lesa humanidad. “El grupo está profundamente preocupado (…) y dispuesto a ayudar al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en sus esfuerzos por garantizar la promoción y protección de los derechos humanos y las libertades fundamentales en Venezuela. El pleno respeto de los derechos políticos en el país requiere el retorno de Venezuela a la democracia y el Estado de Derecho”.
Hubo también un llamado a la unión de los socios extranjeros. “Los esfuerzos internacionales articulados y complementarios son cruciales para ayudar a los venezolanos a restaurar la democracia y el orden constitucional. También se mantendrán los contactos estrechos con las partes interesadas nacionales”.
Esta última declaración es pertinente porque cada vez es más palpable que Washington y Bruselas tienen enfoques diferentes sobre la crisis en Venezuela. Mientras EEUU se cierra de plano a permitir que Maduro siga en el poder, la UE se ciñe a las condiciones expuestas para renovar la Asamblea Nacional.
Josep Borrell, jefe de la diplomacia europea, dijo que los cancilleres del Grupo de Contacto apoyaron con “fuerza una negociación política” como solución para Venezuela. Pero con las condiciones exigidas.
“La celebración de elecciones libres y justas es clave. Sólo cambios importantes en las condiciones y el calendario podrían permitir el despliegue de una misión de observación electoral de la UE”, apuntó Borrell.