(26 de noviembre del 2024. El Venezolano).- El regreso del político colombiano Armando Benedetti al Gobierno de Gustavo Petro ha levantado la misma polvareda que generó su partida a Italia, en febrero pasado, donde se desempeñó como embajador de Colombia ante la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
En esta oportunidad, ha sido en el corazón del Gabinete y de la bancada del gobernante Pacto Histórico donde su vuelta ha generado un malestar que se ha hecho público.
Incluso las funciones que cumplirá dentro del Gobierno no han quedado del todo claras, pero sí se sabe que estará en el Palacio de Nariño, sede del Ejecutivo, muy cerca del presidente.
El político, tras su salida a regañadientes del cargo de embajador de Colombia en Caracas —en medio de un escándalo conocido como ‘niñeragate‘—, tuvo una seguidilla de declaraciones donde incluso puso en duda el origen de los fondos que recibió el mandatario para su campaña electoral.
Repulsa a Benedetti
En su cuenta de X, el senador Iván Cepeda, del Polo Democrático Alternativo, que pertenece al oficialismo, manifestó que hay una serie de hechos «que cuestionan severamente la compatibilidad» de incluir a Benedetti en el Gabinete con el proyecto político del Gobierno de Petro.
La víspera, la parlamentaria oficialista María José Pizarro, una fuerte aliada política de Petro en el Congreso, escribió que la «mayor responsabilidad es cuidar el proyecto político progresista» y agregó que se suma al llamado de los ministros que «plantearon una reflexión crítica sobre el fortalecimiento» de quienes con sus «posturas y acciones» son incompatibles con los principios del Pacto Histórico, que aglutina a partidos y movimientos de izquierda y progresistas.
«Como mujer no justificaré a quienes nos violentan«, añadió.
Y es que en julio de este año, los medios difundieron que la Policía de Madrid se presentó en el apartamento donde el entonces embajador residía ante un llamado por supuesta agresión verbal contra su esposa, Adelina Guerrero Covo. En esa oportunidad, la Cancillería colombiana dijo en un comunicado que «repudiaba cualquier intento de violencia y agresividad contra las mujeres«.
En ese entonces, el también exsenador catalogó de falsa la información y dijo que se encontraba en un proceso de divorcio. Sin embargo, en una entrevista este martes, a su salida de una reunión con Petro y con la directora del Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre), Laura Sarabia, sostuvo que «no hay elementos para que haya proceso disciplinario con la Cancillería«.
¿Un «enlace»?
En estas declaraciones que hizo desde la Casa de Nariño, Benedetti ratificó que había renunciado a su cargo diplomático y expresó que se desempeñaría como «asesor directo» de Petro.
«Desde mañana, mi oficina es en Palacio, cerca del presidente y de Laura Sarabia», adelantó.
Cuando uno de los periodistas le preguntó si sería un «enlace» entre el Ejecutivo y el Legislativo, entre risas soltó: «¿Por qué me quiere ‘pordebajear’ [poner por debajo] tanto?«.
Aunque no especificó su labor, dijo que sería un «refuerzo» porque «se necesita más experiencia de relacionamiento con el Congreso». Estas palabras surgen en medio de las dificultades que ha tenido Petro para lograr que sus reformas más emblemáticas avancen en el Parlamento.
Esta versión no coincide con lo dicho por el director de Prosperidad Social, Gustavo Bolívar, quien sostuvo que, tras una consulta de varios ministros al mandatario, este les manifestó que Benedetti sería un «enlace» en el Congreso.
El ‘niñeragate’ y Laura Sarabia
Uno de los asuntos más espinosos ocurrió con Sarabia. Benedetti estuvo vinculado en el escándalo del llamado ‘niñeragate‘, que protagonizó la exjefa del despacho presidencial. El alto funcionario le dijo a Semana que tenía conocimiento de las supuestas interceptaciones telefónicas a la niñera de la ahora directora del Departamento Administrativo de la Presidencia.
En una foto que circuló este martes en las redes, se veía a Benedetti reunido con Petro y con Sarabia. Sobre esa imagen, dijo que su «amistad» con la llamada mano derecha del presidente está en rehabilitación. «Todo ha sido en buenos términos, ha sido amable«, agregó.
El también periodista, en sus declaraciones a Semana cuando reventó el escándalo, asomóque habría ocurrido una presunta financiación ilegal de la campaña presidencial, de la que no presentó pruebas.
Sin embargo, este duro señalamiento, que ha dado pie para que Petro sea investigado, parece haber quedado en el pasado, porque este martes expresó que desde que se fue ha «seguido una continua amistad con el presidente, un continuo contacto».