(4 de noviembre 2019. El Venezolano).- Un diputado de la oposición venezolana, cuya inmunidad fue revocada el mes pasado, dijo que Nicolás Maduro lo comenzó a atacar por buscar reanimar las protestas en su país, en momentos en que la atribulada nación petrolera se ha mantenido al margen de una ola de disturbios en la región.
En videos filmados en un lugar no revelado de Caracas para responder preguntas enviadas por Reuters, Juan Pablo Guanipa rechazó estar incitando a la rebelión como dicen las autoridades judiciales y pidió a los venezolanos escuchar el llamado del líder opositor Juan Guaidó a retomar las calles el 16 de noviembre.
«Esto tiene que ver fundamentalmente con eso, con tratar de callar las voces que han salido últimamente a generar mecanismos de protesta», dijo Guanipa. «En esta dictadura sienten que puede ser como la candela que enciende una llama, y entonces, están haciendo todo el esfuerzo para evitarla», agregó.
La Asamblea Nacional Constituyente, un cuerpo oficialista creado para rescribir la Constitución, despojó a Guanipa de su inmunidad el 22 de octubre, en respuesta a una solicitud del tribunal supremo. La máxima corte iniciará una investigación tras acusarlo de traición.
La medida contra el legislador se produce a la par que el jefe del Parlamento controlado por la oposición recorre el país invitando a volver a las calles este mes para presionar la salida de Maduro. Guaidó en enero invocó la Constitución para asumir una presidencia interina, alegando que la reelección de Maduro fue fraudulenta, y tuvo el apoyo de decenas de países.
Otros 15 diputados han tenido que huir del país o refugiarse en embajadas este año por medidas similares.
Lo cierto es que mientras violentas protestas en contra de medidas de austeridad y resultados electorales sacuden a Ecuador, Chile y Bolivia, Venezuela no ha visto niveles similares de disturbios en los últimos meses, tras menguar las manifestaciones que pedían la salida de Maduro bajo el colapso económico que ha provocado la huída de millones de venezolanos.
El régimen socialista en el poder suele describir las protestas opositoras como focos violentos de desestabilización y este año acusa a los partidos de derecha de buscar derrocarlo con apoyo de Estados Unidos.