(16 de julio del 2019. El Venezolano).- El entonces presidente Hugo Chávez estuvo muy cerca de expulsar a Chevron de Venezuela durante una ola de nacionalizaciones en 2007. Doce años más tarde, la empresa enfrenta una amenaza similar pero desde un lugar insospechado: la Casa Blanca.
El gobierno de Donald Trump debe decidir antes del 27 de julio si extiende la autorización para que Chevron continúe operando en Venezuela pese a las sanciones impuestas por Estados Unidos para remover del poder a Nicolás Maduro, privándolo de ingreso proveniente de la venta de petróleo, informó EFE.
Chevron ha operado en la nación sudamericana durante casi un siglo y las cuatro empresas cuya propiedad comparte con el monopolio estatal Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA) producen cerca de 200.000 barriles diarios. Esa cifra equivale a una cuarta parte de la producción venezolana en junio, según estadísticas recientes de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
Para Trump, es un dilema. El presidente multimillonario se ufana de ser un aliado de las petroleras estadounidenses, pero también ha adoptado medidas drásticas para remover del poder a Maduro, incluyendo sanciones a la industria petrolera local, amenazas de acción militar y reconocimiento del líder opositor Juan Guaidó como el presidente legítimo.
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El gobierno de Trump no ha mostrado indicios hasta el momento de lo que podría decidir. El Consejo de Seguridad Nacional evitó comentar sobre el tema.
No obstante, si Chevron se ve obligado a irse probablemente se profundice aún más el declive de la producción venezolana, la cual ya está en su nivel más bajo de los últimos 70 años.
“Hay dudas de que PDVSA pueda mantener la producción al nivel actual debido a sus severos problemas financieros”, dijo Justin Jacobs, analista petrolero en IHS Markit.
Analistas de política exterior temen que de retirarse la última presencia estadounidense importante de Venezuela, los pozos petroleros manejados por Chevron pasen a adversarios como China o Rusia, ambos aliados estrechos de Maduro.
Cuando el Departamento del Tesoro sancionó a PDVSA en enero para apoyar a Guaidó, concedió una excepción a Chevron y a las también petroleras Hallburton, Schlumberger, Weatherford y Baker Hughes.
Desde entonces, la empresa con sede en San Ramón, California, ha procurado la extensión de la licencia, según dos personas conocedoras de los movimientos de Chevron que hablaron a condición de mantenerse en el anonimato porque no tenían autorización para pronunciarse sobre el tema.
Una de las fuentes dijo que la empresa recientemente evaluó rentar casas para sus gerentes en la ciudad costera de Puerto la Cruz, un indicio de que no planea una salida inminente del país.