(18 de diciembre del 2021. El Venezolano).- Me preguntan: dónde te habias metido?. Y casi inconscientemente replico, con la misma pregunta.
Escrito por Héctor Alonso López
Con sinceridad estas preguntas formuladas no importa quien las haga reflejan una realidad que nos aturde.
La vida nos cambió a todos.
Maracaibo y el Zulia en general, fueron un foco permanente en mi agenda, tal cual «Relampago del Catatumbo», diria, que me obligaba a visitarla con mucha frecuencia en mi andar por Venezuela.
Qué ha pasado en Venezuela? Qué pudo ocurrir que todo sea tan distinto en un tiempo que ya no sabemos si es poco o mucho tiempo. Ya pareciera que se perdió hasta las medidas del tiempo. La vida no se detiene. Todo cambia para bien o para mal۔ El cambio tambien brinda oportunidades.
Yo no habia podido volver al Zulia. Tenia 11 años sin poder regresar. La ultima vez gracias a mi hermano del alma Julio Uribarri y otros amigos, pude disfrutar de una repleta y desbordada sala en la Biblioteca del estado con motivo del bautizo de mi libro de vivencias «El rostro humano de la politica». Alli me acompañaron muchos amigos entre quienes destacaba mi amigo Pablo Perez Alvarez Gobernador del estado, hijo de mis amigos Pablo Perez Herrera y Juanita Alvarez de Perez.
Esa noche es inolvidable. Fue un reencuentro lleno de amor y esperanza. La bella y armoniosa voz y guitarra en manos de mi querido Hector Uribarri amenizaron la velada. Ahora a mi querido y admirado Hector Urribarri lo veo en Teatro Figaro de Madrid invitado por Ilan Chester. Haciendo deleitar a los venezolanos con su linda voz y la armonia de las cuerdas de su guitarra.
En esos 11 anos ha pasado de todo. Lo peor, ya no estan con nosotros los que tanto quisimos y nos ayudaron: Ney Avila, Hernan Aleman, Gustavo Echeverria, Tuto Márquez, Juancho Gonzalez, Exio Medrano, Ribinson Medina.
Regreso al Zulia invitado por Manuel Rosales que de nuevo, vuelve a ser electo por casi 600.000 zulianos como Gobernador de uno de los estados mas importantes del pais.. Cómo no reconocer que es un hombre exitoso. En su acto de juramentacion frente a la Basilica de la Virgen de la Chinita ante una masiva presencia que desafiaban la pandemia، me hice varias preguntas. Manuel y yo, teniamos como 16 años sin vernos personalmente. Nunca dejamos de ser amigos y menos de ser compadres. Diferencias políticas por supuesto tuvimos y posiblemente podamos tener, claro que si. Pero no dejamos de ser amigos. Por eso, me invito y por eso vine. No solo le estimo haberme invitado, no olvidare sus muy generosas palabras hacia mi, en su discurso innagural. Pero no deje de hacerme la pregunta y por qué Manuel Rosales de nuevo? Dónde esta el relevo? Yo vivo con la realidad, no la niego, puedo negarla, pero tengo conciencia de las consecuencias de ignorar la realidad. Conozco bien lo ocurrido en nuestro pais y no niego que tambien el relevo fue demolido. Siendo asi, lo menos que puede fue hacerme otra pregunta con sentido comun, y si no hubiera estado Manuel Rosales? qué habrian hecho los zulianos para quitarse de su mente el fantasma del delincuente que los desgobernaba desde el Palacio de las Aguilas. No estoy hablando del hombre insustituible sino del hombre que terminó siendo necesario. Yo nunca quite los ojos del Zulia y confieso que en estas elecciones me entusiasmaba escuchar la palabra densa de Eliseo Fermin, y la tenacidad del medico Juan Carlos Velazco y la tormenta humana que significaba Manuel Rosales con calles desbordadas confirmaban que la política es en buena parte emoción.
Recorri Maracaibo. Una ciudad desolada. Un aeropuerto que ya no era aquel donde muchas veces me emocionaba al ver muchos amigos que con tanto entusiamo me esperaban. En la Maracaibo de hoy pocos salen o se atreven s salir de sus hogares. El aeropuerto، es un solitario lugar، antesala del cementerio de buses y trenes que se exhiben impunemente en la estación principal del metro que fue lo primero que marcaron mis retinas en mi recorrido a Maracaibo. Adentrado en la ciudad los crateres o inmensos huecos en sus calles me ponian a pensar en el sufrimiento de los pobres choferes de carritos por puesto. Los contrastes son notorios. Hay una Maracaibo que resiste a ponerse fea y otra que lucha obstinadamente frente a las aguas negras derbordas y la basura acumulada que deprime al que vive y al que pasa pasa o curiosea.
Al medio día de mi llegada, tuve primera tentacion de probrar la variada gastronomia maracucha. Antonio Jose, mi hermano, me conduce a una nueva sorpresa. Visitamos cinco restaurantes y todos estaban cerrados porque habian quebrado…y terminamos metidos en el primero expendio de comida de la via, sin mucho escoger. Lastima que muy tarde pregunte por «Mi vaquita» donde tantos gratos recuerdos llenaron nuestra memoria.
Ya en el acto protocolar. Observe cosas curiosas. A Manuel Rosales lo juramenta el Consejo Legislativo saliente, que es mayoritariamente del gobierno . El electo es de contundente mayoria del Gobernador entrante. Me confieso ignorante de la Constitucion regional. No se por qué ocurrio lo que vi. Abre la sesion la Presidenta del Consejo Legislativo una morena grandota y fornida quien aprovechó para despedirse de Nicolas Maduro pidiendo un aplauso y reconocimiento al Presidente Constitucional de la Republica Bolivariana. No tengo espacio para describir lo que paso. Despues escuche criticas de quienes consideraban inaceptable que Rosales hubiera aplaudido las palabras de la morenaza. Es posible que algunos aspiraban que se comportara como el Gobernador que habia logrado derrotar.
En ese civico acto me lleno de inmensa emocion tener la suerte de reencontrarme con muchos amigos y sino estaban alli, usaron sus telefonos para enviarme sus mensajes y dejar generosa constancia de su amistad. Si la memoria que no siempre es fiel, ojala me acompañe en recordarlos: Gustavo Ruiz, Jesus Torres, Alenis Guerrero, Jose Luis Baptista, Ender Chacin, Nixon Sebrian, Hugo Loaiza, Alexander Castro, Andres Arispe (el nieto de Rafael Arispe), Marlene Antunez, Jose Galindo Rangel, Marianela Barradas, Evelyn de Rosales, Carlos Rosales, El Nene Rosales, Eliodoro Quintero, Doris Morillo, Victor Hugo Govea, Asdrubal Ramirez, Alermo Morillo, Luis Cruz, Freddy Macias, Manuel Manrique, Jesus Vergara, Alvaro Parra, Gonzalo Parra, Luis Navarro, Gelvis Osorio, Maribel Villasmil de Chacin, Lisbeth de Castro, Humberto Nucete jr, Alfredo Montiel, Carlos Navas, Guido Briceno, Daniel Velazco, Yamira Flores, Sonia Govea, Carlos Medina, Guillermo Puche, Ramon Albornoz, Edith Febres
Había alguien notoriamente y sorpresivamente ausente. Consecuencia del covid19 mi hermano y compadre Julio Urribarri estaba convaleciente y en estricto resguardo médico. Al llegar al hotel y reunido con un grupo de amigos, nos conectamos via on line con Julio y cumplimos, el deseo de verlo, saludarlo y animarlo. Lo insolito: estabamos a una cuadra de distancia. En pocos dias estara de nuevo en su traginar diario y productivo. Muy felices de verlo en condiciones de franca recuperacion۔
Al dia siguiente horas antes de venirme a Caracas fui a compartir un grato desayuno con mi amigo Jesus Torres، mi hermano Antonio Jose, uno de los cuatro morochos en dos partos multiples de mi querida madre, y un joven y talentoso periodista Julio Reyes, de una plataforma informativa del Zulia noticialdia.com, mediante una grata conversacion pudimos compartir en el emblematico lugar de la ciudad. «Piamonte» propiedad de una persona muy apreciada en Maracaibo don Fernando Gutierrez.
Un lugar donde combinan una extraña liga entre beisbol y futbol y terminan en conversaciones politicas. Nadie sabe a ciencia cierta si habría un home run o un penalti. O golpeado o aut por regla. O unas tarjetas rojas o anulacion del gol por uso del «bar».
A lado de nuestra mesa habia otro comensal a quien reconoci como un destacado dirigente del PSUV. Me levante y fui a la mesa donde estaba Mario Isea ex embajador de Venezuela en España y me correspondía con igual cortesia.
Despues de 24 horas regrese a Caracas lleno de ambiente grato, relajado y optimista . Bien valia la pena.
Gracias Maracaibo. Gracias Zulia. 24 horas me llenan por mucho tiempo.