(17 de junio del 2021. El Venezolano).- La crisis eléctrica en Venezuela sigue profundizándose y el tiempo sin el servicio ronda entre dos y ocho horas continuas en algunas regiones. El colapso del servicio forma parte de las críticas que a diario hacen la ciudadanía en casi todo el territorio nacional, pero con especial incidencia en Zulia, Táchira, Mérida, Trujillo, Barinas, Lara, Falcón y Nueva Esparta
Desde el inicio de la segunda semana de junio de 2021, los reportes de los usuarios advierten de un aumento de las fallas eléctricas en el centro y oriente de Venezuela y que coincide con el aumento de las lluvias, pero no constituye por sí sola una explicación de la crisis eléctrica que se suscita en el país.
Al mirar el historial que han devenido en la crisis eléctrica que se evidencia en el país, se puede notar que el deterioro progresivo del sistema se produce desde el año 2008.
Seis años antes, es decir, en el 2002, el entonces presidente Hugo Chávez ordenó congelar el costo de las tarifas del servicio eléctrico, lo que podría ser el origen de la falta de inversión al tener los recursos necesarios que se inyecten al sector para mantener la compleja estructura que para el 2002 estaba operativa.
En el 2008 la crisis se acentuó y se hizo evidente con los cuatro apagones a nivel nacional que se registraron solo en el mencionado año.
Sequía: argumento inicial de la crisis eléctrica
La sequía fue el argumento que sostuvo el gobierno como el motivo de la crisis. Esta tesis también fue respaldada por especialistas en la materia, junto a la campaña que se hizo a través de los medios oficiales que mostraba constantemente los niveles de agua en la Central Hidroeléctrica Simón Bolívar en la represa de Guri, con un discurso en el que se decía sobre el estado crítico de su nivel de agua.
Inmediatamente, en el 2009 vinieron las restricciones de consumo de energía eléctrica en todos los sectores de la vida económica y social de la nación.
En el 2010, se decretó la emergencia eléctrica y se aprobó una Ley Orgánica del Sistema y Servicio Eléctrico Socialista que prohibió la participación privada. Acto seguido, todas las empresas eléctricas desaparecieron al ser integrados a una sola empresa: Corpoelec.
No hay que dejar de mencionar los dos grandes apagones nacionales del 7 de marzo y 22 de julio de 2019. En varias regiones del mapa nacional pasaron hasta siete días sin el servicio. En ambas ocasiones, el gobierno recurrió a la tesis -no comprobada aún- de supuestos ataques cibernéticos a las centrales eléctricas del Guri y del centro del país.
Politización y desprofesionalización
A lo largo de los últimos diez años y los primeros seis meses del 2021, especialistas en temas eléctricos han argumentado varios elementos para explicar el declive del sistema eléctrico nacional.
- Desprofesionalización de la industria.
- Abandono de la planificación (corto, mediano y largo plazo) en materia de operación, mantenimiento y expansión del sector.
- Abandono de los criterios técnicos y económicos para tomar decisiones.
- Partidización de todas las estructuras organizativas de Corpoelec.
- Abandono de la «calidad de servicio» como criterio fundamental.
- Abandono de la gestión comercial que redujo los ingresos y favoreció el aumento de pérdidas no técnicas.
- Corrupción que devoró miles de millones de dólares.
Dependencia del sistema hídrico del estado Bolívar
De acuerdo con el portal de Corpoelec, el 62% del potencial eléctrico está instalado en el estado Bolívar: Guri, Caruachi y Macagua, sobre el río Caroní.
“Otro 35% de la generación de electricidad proviene de plantas termoeléctricas, y casi un 3% corresponde al sistema de generación distribuida, conformada por grupos electrógenos”, reseña la página web de la estatal eléctrica.
Existe opacidad de la capacidad de generación eléctrica real expresado en megavatios, pero varios expertos coinciden que solo el estado Bolívar debería generar 15.000 megavatios.
El resto se supone que se genera en las cinco hidroeléctricas se encuentran en la zona andina: Planta Páez, San Agatón, La Vueltosa (Uribante-Caparo), Peña Larga y Masparro, con una capacidad instalada de generación de aproximadamente 1.100 MW.