(04 de diciembre del 2021. El Venezolano).- Los estadounidenses con seguro médico privado podrán hacer que sus aseguradoras les reembolsen los gastos de los kits de pruebas caseras de detección de covid-19, como parte de una serie de medidas del gobierno de Joe Biden para reforzar a EE.UU. contra la pandemia de coronavirus cuando la crisis de salud pública entra en su tercer año.
La nueva política no cubrirá los costos por adelantado de estos kits caseros de prueba rápida, que oscilan entre los US$10 y los US$25. En su lugar, los casi 150 millones de estadounidenses que cuentan con un plan privado de seguro deberán presentar una reclamación para que sus proveedores de seguro les reembolsen el costo de las pruebas caseras. Las aseguradoras privadas ya cubrían las pruebas en el consultorio.
La política probablemente no entrará en vigor a mediados de enero de 2022, y no será retroactiva, declaró a los periodistas un alto funcionario de la administración el 1 de diciembre. Los estadounidenses con seguro público a través de los programas de Medicare y Medicaid “no están cubiertos por esta acción particular”, afirmó el funcionario.https://82a17af938df38b118cbb7cd9edf87ab.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-38/html/container.html
La política tampoco cubre el costo que los millones de estadounidenses que no están asegurados pagan por cuenta propia; en 2020, aproximadamente 28 millones de personas no tuvieron ninguna cobertura de seguro médico en ningún momento del año, según la Oficina del Censo de Estados Unidos.
La disponibilidad y el acceso a las pruebas de PCR y a las pruebas rápidas en las clínicas y centros públicos también varía mucho a lo largo de Estados Unidos, y hay escasez de los kits caseros con mayor demanda, además de que tienen precios elevados en comparación con otros países, donde las pruebas abundan y son baratas o gratuitas.
A la pregunta de por qué el gobierno no subvenciona los costos de las pruebas y las distribuye gratuitamente, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, respondió a los periodistas el 2 de diciembre que “creemos que nuestro proceso para evaluar las pruebas es el estándar de oro”, y señaló que hay ocho pruebas aprobadas por la Administración de Alimentos y Medicamentos, y que hay suficientes pruebas en las clínicas y los centros de salud pública a lo largo de Estados Unidos.
Según la Casa Blanca, EE.UU. aumentará el suministro en 50 millones de pruebas caseras que se “distribuirán en sitios comunitarios clave, como los centros de salud y clínicas rurales”. El gobierno de EE.UU. cuenta con unos 20.000 lugares donde los estadounidenses pueden hacerse una prueba gratuita.
La última serie de políticas de Biden relacionadas con el covid-19, entre las que se incluyen nuevas normas para los viajes, una nueva campaña de refuerzos de vacunación y el apoyo a la vacunación mundial, se produjo tras la aparición de la variante ómicron, por lo cual Estados Unidos se prepara para un posible aumento de las infecciones en invierno.
Los expertos argumentan que una mayor disponibilidad de las pruebas rápidas, el uso de los cubrebocas y la aplicación de las vacunas, son componentes clave para controlar el número de infecciones.
En un informe de noviembre, la Kaiser Family Foundation señaló que el precio de las pruebas caseras y la falta de cobertura por parte de los seguros son barreras para su mayor uso en Estados Unidos, ya que las pruebas rápidas se han convertido en una necesidad para la reapertura de las escuelas y los lugares de trabajo.
“El reembolso de las pruebas caseras por parte de los seguros ampliará el acceso y ayudará a frenar la propagación del virus”, tuiteó Larry Levitt, vicepresidente ejecutivo de política sanitaria de la Kaiser Family Foundation, tras el anuncio de la administración. “Pero, es engorroso en comparación con lugares como el Reino Unido, donde las pruebas son gratuitas en línea y en las farmacias. Otro ejemplo de nuestro fragmentado sistema sanitario actual”.