(03 de junio del 2022. El Venezolano).- ¿Cómo le puedes decir Venezuela se arregló a los cientos de miles de niños que se acuestan cada día sin comer, a los venezolanos que ganan el sueldo mínimo más bajo de Latinoamérica, al país donde los servicios públicos son los de mayores deficiencias en toda la región, donde existen los índices delincuenciales más altos del continente, donde a pesar de ser un país petrolero tenemos que hacer colas de días enteros para surtir combustible, y donde el disentir es un delito, porque la libertad de expresión no existe?
Por Fabiola Zavarce
Falacia, según la definición, es un argumento que parece válido, pero no lo es. Algunas falacias se cometen intencionalmente para persuadir o manipular a los demás, mientras que otras se cometen sin intención debido a descuidos o ignorancia. Intencional, manipulación, ignorancia, probablemente podemos calificar esta situación con todos los adjetivos anteriores. La realidad es que el régimen narcoterrorista de Nicolás Maduro se burla de los venezolanos al tratar de acuñar frases como “Venezuela se arregló”, una de las más viles mentiras que intenta imponer la dictadura, para tratar de engañar al mundo entero.
Quieren meter a Venezuela en una falsa burbuja, lavando dinero con la presentación de espectáculos nacionales e internacionales, con estrafalarias tarifas en dólares que solo pueden pagar los llamados “boliburgueses”, ese pequeño núcleo que ha lucrado con los crímenes del chavismo-madurismo.
Los venezolanos tenemos bien claro que nada dista más de la realidad que esa ilusoria frase de “Venezuela se arregló”: Indignación es lo que nos genera este tipo de afirmaciones, y para muestra un botón. Arreglen los hospitales que están en su peor estado; mejoren los servicios públicos como el agua, la luz y el gas; generen empleo, apoyen la producción nacional y activen el crédito para la pequeña y mediana empresa; inviertan en la educación de nuestros niños, solo así se podrá decir, que verdaderamente estamos saliendo del foso.
Es realmente lamentable que en nuestro país sea cada vez menor la esperanza en el futuro de nuestros niños y jóvenes, pues en estados como el de Monagas, en el oriente del país, la deserción escolar alcanza niveles del 85%. Podemos mencionar también el caso de las escuelas inoperativas porque no hay condiciones para el transporte público de docentes o alumnado, y también recintos escolares cerrados porque el hampa ha devastado sus instalaciones, ¿puede un país avanzar así?
Según datos del pediatra Huniades Urbina, secretario general de la Academia Nacional de Medicina, la desnutrición infantil en Venezuela aumentó de 20% en 2021 a 33% en lo que va de 2022. Es evidente que los venezolanos –y especialmente nuestros niños y adultos– están comiendo mal, pues no hay ningún tipo de apoyo gubernamental con programas sociales, las llamadas “bolsas alimentarias clap” no llegan a todos los hogares, los sueldos no alcanzan para cubrir las necesidades básicas y la crisis arropa todos los niveles. No hay duda de que estamos inmersos en una crisis humanitaria compleja.
La ineficiencia e incapacidad de la dictadura madurista está más que demostrada. Es necesario y urgente alcanzar la opción de elecciones libres, transparentes y creíbles, para generar desde el cambio político, el despertar que desde el punto de vista económico y social apremia a nuestra nación. La comunidad internacional debe continuar presionando al régimen, sin darle tregua, para poder alcanzar esta salida democrática vía elecciones libres.