(14 de abril del 2022. El Venezolano).- Una leyenda de la escena drag madrileña de las últimas dos décadas, Supremme de Luxe atraviesa por estos meses el que seguro es el mejor momento de su carrera, al encabezar la versión española del megapopular programa RuPaul’s Drag Race, el reality que ha llevado el arte del transformismo (incluyendo el lypsinc y el reading) a decenas de millones de hogares en todo el mundo.
Acompañada por la diseñadora Ana Locking y el dúo Los Javis, quienes han puesto nuevamente en el mapa mundial a la ficción española irreverente gracias al éxito de la serie La Veneno, el programa Drag Race España se ha convertido en un gran showcase no solo del talento de las reinas que compiten por la corona, sino de la propia Supremme, que ha sido presencia fija en distintos escenarios del Orgullo de Madrid y en locales de Chueca, pero que gracias a ser la cara de la nueva apuesta del imperio RuPaul -y la plataforma de streaming Atresplayer Premium- ha dado un salto cuántico en términos de masividad.
Con apenas un puñado de programas estrenados de la segunda temporada, Supremme habló con Infobae sobre los cambios para esta nueva serie (que ya incluyó momentos memorables como el desafío “Mujeres Almodovar”), la precariedad laboral en el mundo drag, y su recuerdo de su tiempo haciendo teatro en la ciudad argentina de Córdoba casi una década atrás.
-Nadie sabía cómo iba a funcionar la versión española de Drag Race y resultó ser un gran suceso, tanto de crítica como de audiencia. ¿Cuáles fueron los desafíos con los que se enfrentaron para hacer esta nueva temporada?
-El principal fue no confiarnos. Porque que le hubiese ido bien a la primera serie no significaba que a esta también, entonces eramos conscientes que no podíamos relajarnos y teníamos que poner toda la carne en el asador. Aunque por supuesto que saber que la adaptación funcionaba y que el público la había aceptado nos ayudó a estar más confiados y trabajar con más ilusión.
-¿La idea para esta nueva temporada fue superar a la primera en cuanto a nivel de producción, el casting de las participantes y los jurados invitados?
-No me atrevería a decir eso. Sí que la primera estuvo muy bien resuelta y tiene toda la magia de ser la inicial. Pero lo del nivel del drag es relativo porque depende de lo que cada cual entienda por bueno. Lo que sí creo es que las nuevas participantes tienen mucho nivel, son muy buenas artistas, tienen propuestas muy claras y definidas, y son muy originales. Y son muy diferentes a las de la primera edición. Tú no puedes comparar y decir “esta es la Carmen [Farala, ganadora de la primera temporada] de esta edición”. No se pueden comparar. Han venido a trabajar. Ya sabían con lo que se iban a encontrar, cómo es el programa, y quiénes las vamos a juzgar. Han estado todas muy implicadas, con una gran actitud, y eso se nota en el resultado. En el momento que vienen con esas ganas y dispuestas a aceptar todo lo que la competencia implica, pues queda un programa bonito que rinde mucho.
-La primera temporada ha sido especial para ti.
-La primera temporada tendrá siempre la magia de las cosas que se hacen por primera vez y nunca se van a repetir. Tiene ese encanto. Pero ahora tenemos un mayor nivel de producción. Por ejemplo, ya no hay cromas, todos son decorados reales, y cuando se hacen puestas en escena se intenta reproducir platós. Todo eso es un aporte y juega muy a favor del programa.
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