(11 de febrero del 2022. El Venezolano).- De las tiendas más lujosas a los mercados populares de Venezuela, el dólar ha destronado al bolívar y se ha convertido en el bote salvavidas al que se aferran los ciudadanos frente a la alta inflación que ha pulverizado el valor de la moneda local y la ha rebajado, incluso, a material para manualidades.
En 2012, se estimaba que las transacciones en dólares no llegaban al 5 % del total. Actualmente, representan el 64,8 % de las operaciones, según los datos de la firma de análisis financiero Ecoanalítica, reseñó EFE.
Los precios que exhiben casi todos los comercios y los vendedores informales están en dólares, pese a que el 42 % de los venezolanos no tienen acceso a esa moneda, según un estudio hecho por Datanálisis en octubre pasado.
El bolívar ha quedado relegado para pagos menores como el pasaje del transporte público, servicios públicos y la gasolina subsidiada.
Ante la mirada complaciente del Gobierno, el rostro de Simón Bolívar fue reemplazado por el de Benjamin Franklin en las transacciones, sobre todo en la creciente economía informal, en la que trabaja el 84,5 % de los ciudadanos, según la Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi) de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB).
EL INICIO
El economista jefe de Ecoanalítica, Luis Arturo Bárcenas, explicó a Efe que la legalización en 2018 del uso del dólar mediante la derogación de la Ley de Ilícitos Cambiarios -norma que establecía sanciones económicas y penas de prisión a quienes usaran divisas en fines no declarados- dio luz verde al proceso.
«La legalización del uso de las divisas en Venezuela dio apertura a que los comercios comenzaran a aceptar el dólar como medio de pago sin temor a ser sancionados y, con la hiperinflación, mucha gente prefirió usarlo, pero también en un contexto en el que el Gobierno había comenzado a restringir la cantidad de bolívares que había en la economía», comentó Bárcenas.
Venezuela vivía entonces envuelta en la hiperinflación, que comenzó en noviembre de 2017 y se dio por superada en enero pasado, y había registrado un incremento de los precios que llegó a ser del 130.060 % en 2018.
La dolarización se aceleró con los prolongados apagones de marzo de 2019, cuando los pagos en bolívares ya eran casi imposibles excepto con tarjeta o transferencia, debido la escasa capacidad de compra que tenían los billetes en efectivo.
Los venezolanos llegaron a enfrentarse a varias devaluaciones diarias que disminuían el valor y la confianza en el bolívar, un problema que el Gobierno buscó revertir con una reconversión monetaria en octubre de 2021, la tercera en lo que va de siglo.
En ella, retiraron seis ceros a la moneda, con lo que, desde 2008, han borrado 14 ceros al bolívar.
¿DOLARIZACIÓN OFICIAL?
Buena parte de la población clama por la dolarización oficial de la economía, imposible con las sanciones actuales de EE.UU y un anhelo que, para Bárcenas, como para la mayoría de los economistas, no es la solución.
«Dolarizar le quita al Estado muchas herramientas a la hora de poder, por ejemplo, rescatar al sistema financiero de algún colapso. O sea, como en una dolarización no emites dinero sino que dependes del dinero que emiten otros, a la hora de rescatar un banco se tiene que acudir a esos otros para obtener los fondos», señaló.
Además, señala que podría haber un desajuste de la balanza de pagos ya que Venezuela heredaría los desequilibrios que presente el dólar, como ocurre en estos momentos en los que Estados Unidos registra una «alta inflación».
En todo caso, el presidente Nicolás Maduro ha dejado claro que no está en sus planes adoptar el dólar, lo que, aunado a las sanciones, cierra con candado las puertas a una dolarización formal de la economía.