(30 de diciembre del 2021. El Venezolano).- Como un año que discurrió bajo tensiones y crecimiento ralo de la economía mundial culmina 2021, aunque parecía bien enrumbada. Pero, de impulso muy débil y sujeta a riesgos considerables, consabidos, sobremanera: pandemia, guerra comercial EEUU/China, IndoPacífico en disputa, tirantez Rusia/OTAN por tensión en Europa del este e incertidumbre petrolera, y la nueva geopolítica asiática.
Escrito por Isaías A. Márquez
Las transformaciones económicas y político-comerciales por las que atraviesa el mundo, evidencian que “se vienen cambios”; especialmente, un viraje sobre el eje del poder, de occidente a oriente. A su vez, la ausencia de un liderazgo en el orden geopolítico internacional obliga a llenar huecos y, ante las posturas proteccionistas que predominan en el ámbito comercial, la cautela sobre la inversión, así como la duda inmensa sobre la globalización, China, con su poderío económico, ha levantado la mano, muy oportunamente. Retoma el camino a la Ruta de la Seda.
Apreciábamos una cierta recuperación, aunque desigual y leve. El crecimiento se concentra en algunas de las economías más importantes; como por ejemplo, la de Pekín mientras que la mayoría de los mercados emergentes han quedado rezagados. En los países de ingreso bajo los efectos de la pandemia y la corrupción anulan algunos logros alcanzados en cuanto a reducción de la pobreza; se agrava la inseguridad alimentaria y otras condiciones de data extensa, según Cepal; tales como: México Honduras, Ecuador y Venezuela, a pesar de los paquetes de estímulo fiscal con que los gobiernos intentaron mitigar los efectos más demoledores de la crisis, puesto que el problema radica, básicamente, en la corrupción.
La complejidad dobre el tema es notoria, pues los encargados de formular las políticas tendrán que establecer entre la necesidad de apoyar la recuperación y proteger, simultáneamente, la estabilidad de los precios y la sostenibilidad fiscal, e impulsar reformas para fomento del desarrollo.
A esto se añade que muchos dependen, ampliamente, de la industria agropecuaria, dejándolos más vulnerables a los fenómenos meteorológicos extremos y con menor capacidad de sumarse a las cadenas de valor mundiales ya que las previsiones para la denanda de productos básicos se debilita al paso de las principales economías que se desaceleran, y las vulnerabilidades del adeudo aumentan, considerablemente, lo que presume visiones de avance muy precarias.
Y, en relación con nuestra seguridad alimentaria, los venezolanos, independientemente de su condición socioeconómica han reducido hasta en un 34 porciento el gasto en alimentos, según ENCOVI.
Más aun, para el logro de un crecimiento más sólido en los países de ingreso bajo, los encargados de formulación de políticas, los ciudadanos y la comunidad internacional deberían analizar los factores internos y externos que impulsan el crecimiento, así como las medidas para mitigar los riesgos. Y, a nivel nacional, podría ser útil el desarrollo de sistemas financieros más fuertes y la promoción de la inclusión financiera, para mejoramiento de la gestión y el clima para los negocios a fin de apoyar al sector privado. Pero, sin razones poco convincentes, nada objetivas y ante un panorama petrolero incierto, la AN aprobó el Presupuesto Nacional 2022 por monto superior a la friolera de unos 62 millardos de bolívares digitales, equivalentes a unos 13,5 millones de USD al tipo de cambio oficial más luz verde a una ley de endeudamiento (déficit). Y, cerramos 2021 con inflación acumulada y anualizada de casi un 1.200 porciento, sin atisbo de superación de la crisis, incierta, más aun, por la variante ómicron.
BCV reportó inflación acumulada de un 631,1 porciento para diciembre e interanual de un 1.197,5 porciento. Asimismo desde 12/2008 a esta fecha, nuestras reservas internacionales han caído en casi un 69,5 porciento, según expertos.
El 8/12 ONU solicitó unos 1790 millones de USD para atender ola migratoria de venezolanos por Latinoamérica, cualificado como “el éxodo humano más grande de la historia latinoamericana”.
Según Cepal, “Venezuela figura entre los países con más dificultades para invertir”.
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