(30 de dciembre del 2021. El Venezolano).- Si alguien está decepcionado por el desempeño del presidente Joe Biden, yo creo que no debería estarlo. El actual presidente no llegó para hacer maravillas con la economía ni mucho menos convertir al país en una joya de la democracia.
Escrito por Humberto Caspa/ El Nuevo Herald
A Biden se lo eligió para salir de una aguda crisis política, sacarnos del hoyo de la mentira y librarnos del peor presidente de la historia del país. Las grandes expectativas de la población nacional con la presidencia de Biden, en alguna forma, se cumplieron. Nuestro sistema democrático está restablecido y no existe el peligro inminente de que alguien pueda transformarlo y convertirlo en un gobierno autocrático.
El trumpismo se ha mantenido en la órbita política del país, pero la vida política de Trump está terminada. Ya no hay espacio para sus mentiras, su racismo, sus calumnias, su descaro con las mujeres y con los grupos minoritarios. En dado caso que los republicanos permitan a Trump participar en las elecciones presidenciales de 2024, el electorado nacional recordará esos cuatro años trágicos y le dirá no a su autoritarismo.
Entonces el trumpismo, como ideología política, también habría llegado a su fin. Así, cuando llegó Biden a la Casa Blanca, todo pasó a la normalidad. El presidente volvió a su papel tradicional de jefe de Estado y de jefe de gobierno.
Biden inmediatamente bajó los decibeles y el protagonismo presidencial. El gabinete dejó de ser su “títere” e instrumento de manipulación. El nuevo secretario de Justicia, por ejemplo, ya no fue el “abogado” del presidente sino un profesional escrupuloso que representa los intereses jurídicos del Estado. Por otra parte, las políticas del actual gobierno han funcionado de acuerdo a lo planeado. Biden tuvo que batallar con un Senado dividido equitativamente entre demócratas y republicanos.
Empero, para sacar al país del abismo que lo había introducido Trump, era necesario convencer a algunos miembros de su propio partido político. En este sentido, Joe Manchin, senador de West Virginia, se convirtió en el paladín de las voces centristas del Partido Demócrata. Fue un mal necesario para poner freno al proyecto extra liberal del actual presidente. Lamentablemente la pandemia del COVID-19 no nos abandonó a pesar de que el gobierno de Biden le ha dedicado bastante tiempo y energía en proyectos de erradicación.
La falta de solidaridad y compresión de un sector de la población, especialmente los seguidores del trumpismo, no ha permitido controlar totalmente a la pandemia. Sin embargo, si hacemos un conteo regresivo de lo que tuvimos exactamente hace un año, nuestra situación es mejor. En este sentido, el 2021 fue más positivo que negativo.
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