(26 de diciembre del 2021. El Venezolano).- Un total de 33 migrantes venezolanos que están presos en Curazao se declararon en huelga de hambre por suspensión de vuelos humanitarios.
Los detenidos señalan que están recluidos en condiciones inhumanas, hacinados con criminales que han cometido delitos graves, y que presentan problemas de salud, reseñó Efecto Cocuyo.
Son 22 hombres y 11 mujeres y la acción la ejecutan como forma de protesta desde este 24 de diciembre. “Nuestra permanencia en esta prisión es ilegal, arbitraria e injusta, pues el gobierno de Curazao incumplió una disposición firmada por un representante del ministro de Justicia, (Gilmar) Pik Pisas, donde se establece que seríamos devueltos a nuestro país de origen a más tardar el 23 de diciembre de 2021”, expresan en una carta enviada a la fundación Human Rights Defense Curaçao (HRDC).
El retraso en el traslado de los 33 migrantes detenidos ocurre como consecuencia de la decisión del gobierno que administra Nicolás Maduro de suspender los vuelos humanitarios programados para los días 21 y 22 de diciembre.
El Instituto Nacional de Aeronáutica Civil (INAC) tomó esta medida, luego de que la vicepresidenta Delcy Rodríguez denunciara el 13 de diciembre que el Reino de los Países Bajos le impidió trasladarse a La Haya, donde tenía previsto reunirse con el fiscal de la Corte Penal Internacional, Karim Khan.
Un infierno
En la misiva remitida a HRDC, los 33 venezolanos recuerdan que están presos en la cárcel Barak di Ilegal desde el pasado 22 de noviembre. “Nuestras condiciones en esta prisión son deplorables e inhumanas, hacinados más de 40 individuos en celdas destinadas solo a 20 personas, muchos de nosotros dormimos en el suelo en sucias colchonetas, sin sábanas, rodeados de zancudos, con baños repletos de aguas estancadas y malolientes”, describen.
Los migrantes apuntan que, debido a las pésimas condiciones de la prisión, están presentando enfermedades de la piel y lo que es todavía más grave: los encerraron con “elementos que han cometido delitos graves (de otras nacionalidades), poniendo en riesgo nuestra seguridad, pues no somos delincuentes, sí inmigrantes, todos trabajadores, padres de familia, y ya hemos sido víctimas de varios ataques” por parte de los otros reclusos.
Desesperados por la situación que atraviesan, los 33 venezolanos solicitan a los gobiernos de Curazao y los Países Bajos que actúen rápidamente y hagan posible el retorno a su país. Sin embargo, la suspensión de los vuelos humanitarios es responsabilidad de Caracas.