(14 de noviembre del 2021. El Venezolano).- Al menos unos 68 reos fallecieron y más de 20 resultaron heridos en una nueva masacre registrada en la penitenciaría de la ciudad de Guayaquil, situada en el suroeste de Ecuador, así lo informó el sábado el gobernador de la provincia de Guayas, Pablo Arosemena aunque las primeras cifras hablaban de 58 personas privadas de la libertad muertas y 12 heridos.
El dirigente acotó que la Policía estaba en el centro penitenciario cuando se escucharon detonaciones y se detectó que reos que no estaban dentro de sus pabellones “intentaban acorralar a los PPL del pabellón 2”, donde no había un cabecilla de la banda que tiene presencia en ese pabellón, pues día atrás fue liberado por haber “cumplido el 60 % de su condena”.
“Al estar ese pabellón sin cabecilla, otros pabellones con otras bandas pretendían doblegarlos, entrar a hacer una masacre total”, señaló Arosemena al comentar que en el pabellón 2 están recluidas aproximadamente 700 personas. El gobernador provincial aseguró que en la noche se desplazó con otros funcionarios hasta la penitenciaría y constataron “cruce de balas muy intensos, y muy cercanos a la puerta de ingreso a la penitenciaría, detonaciones, una situación de salvajismo”.
La Policía usó gases lacrimógenos para disuadir la situación, anotó Arosemena según destaca EFE al hacer énfasis en que los reos que intentaban entrar al pabellón 2 no sólo disparaban “y hacían detonaciones, sino que estaban tratando de hacer un hueco en la pared. Al no poder entrar por la puerta, (querían) hacer un gran orificio, ponerle dinamita y entrar para poder someterlos”.
“Al mismo tiempo quemaban colchones, generando humo tóxico buscando intoxicar”, afirmó el gobernador de Guayas, ante lo cual la Policía ingresó a los pabellones, específicamente al 2 en medio de la oscuridad “porque el sistema de iluminación había sido destruido”.
De acuerdo con Arosemena, el ingreso de la Policía Nacional a la madrugada “permitió salvar vidas y que no sea una circunstancia aún mucho más lamentable”. Las Fuerzas Armadas actuaron en el perímetro uno, en las afueras del centro penitenciario, que es el límite permitido por una resolución de la Corte Constitucional.