(11 de junio del 2021. El Venezolano).- Como no conozco la forma de comunicarme con el Sr. Emilio J. Sánchez —se presenta como profesor de Nova Southeastern University—, les pido que me hagan el favor de hacerle llegar este email.
Sr. Emilio J. Sánchez:
Está demostrado que Trump es la principal amenaza a la democracia norteamericana. Además, nuevas revelaciones sugieren que la administración Trump abusó de los poderes del Departamento de Justicia para atacar a sus enemigos políticos.
Sr. Sánchez, siempre defenderé su derecho a ser un ferviente partidario del expresidente Trump, pero es repudiable la forma en que en “Una tragedia americana II” usted distorsiona la realidad de tal forma que me ha hecho recordar al funesto Departamento Ideológico del Comité Central del Partido Comunista de Cuba.
Desde que logré salir de Cuba no había visto tantas campañas difamatorias como las que se realizaron para impedir la derrota de Trump y de los republicanos que lo apoyan, por ejemplo: Carlos Giménez y María Elvira Salazar. Lo peor es que esas campañas difamatorias continúan a todo vapor. Por ejemplo, Sr. Sánchez, usted pretende desconocer que:
Están documentadas centenares de violaciones a los derechos humanos cometidas por la administración Trump. Por ejemplo: 1,2,3,4,5,6,7,8,9y10. ¿Qué usted opina del asalto sostenido del entonces presidente Trump a la libertad de prensa? ¿Por qué usted nunca escribió sobre las violaciones a los derechos humanos cometidas por la administración Trump?
Como usted es un periodista cubano, usted debería saber que las mismas organizaciones internacionales que durante décadas han venido denunciando a la peor dictadura que ha sufrido Occidente, son las que han denunciado al aspirante a autócrata que teníamos en la Casa Blanca. ¿Donald Trump no se parece más a Fidel Castro que a Ronald Reagan?
Carmelo Mesa-Lago es un compatriota nuestro que poco tiempo después de que Fidel Castro tomara el poder se asiló en Estados Unidos. Él es Distinguished Service Professor Emeritus en la Universidad de Pittsburgh. Ha sido profesor invitado o investigador en siete países y conferencista en 39 naciones. En este artículo el profesor Mesa-Lago demostró el peligro en que nos encontraríamos si Trump hubiese sido reelegido.
Desde la estafa cometida por la Universidad Trump, hasta haber mentido con premeditación respecto a la gravedad de la pandemia de coronavirus —puede oírlo en la propia voz de Trump—, pasando por el engaño a los venezolanos —les negó el Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés) y los deportó ilegalmente—, la clave del éxito de Trump siempre ha sido su inagotable capacidad de mentir y un público crédulo.
¿Usted no recuerda cómo Trump se burló de las personas que tienen algún tipo de discapacidad? Le sugiero que vea el video.
Por primera vez en 40 años, ni un solo miembro de la familia Bush asistió a la Convención Nacional Republicana. Tampoco asistió ningún familiar de Dick Cheney —se desempeñó durante ocho años como vicepresidente de George W. Bush—, ni del difunto presidente Reagan ni de los otros republicanos que han sido candidatos presidenciales en el último medio siglo. Otro notable republicano ausente fue el exrepresentante Paul Ryan, quien se desempeñó como presidente de la
Cámara de Representantes de 2015 a 2019. ¿Por qué ocurrió esto, Sr. Sánchez? ¿Por qué tantos republicanos apoyan a Biden?
Como nos dice José Martí: “Los hombres van en dos bandos, los que odian y destruyen; y los que aman y construyen”. Donald Trump ha hecho un culto de la mentira, el engaño y el odio. Él transformó la presidencia en un lodazal de insultos, inmoralidades y mentiras, que fueron utilizadas para poner en peligro la seguridad nacional de Estados Unidos.
El senador republicano Marco Rubio tenía razón cuando dijo que Donald Trump es “a dangerous, erratic, con man”. Desgraciadamente, el senador Rubio se convirtió en uno de los más sumisos lacayos de Trump.
Como mis padres me enseñaron la importancia de ser consecuente, denuncio a:
1- La dictadura imperante en nuestra patria desde hace 62 años.
2- Los aspirantes a autócratas como Donald Trump.
Todos los cubanos que vivimos en Estados Unidos deberíamos amar a la patria de Lincoln y, por lo tanto, tenemos que sentirnos ofendidos por las declaraciones del entonces presidente Trump reportadas en un artículo por The Atlantic, en el que múltiples fuentes dijeron que Trump se refería a los veteranos norteamericanos que murieron en guerras como “perdedores” y “tontos”. Sin embargo, Sr. Sánchez, usted se comporta como si gritara “pa’ lo que sea Trump, pa’ lo que sea”. ¿A usted no le da vergüenza tergiversar los hechos al mejor estilo de los comunistas y los fascistas para defender a semejante sujeto? Los cubanos que realmente aspiran a una Cuba independiente y democrática, no pueden ser trumpistas.
Sinceramente,
Manuel Castro Rodríguez