(11 de junio del 2021. El Venezolano).- De nuevo, Guyana se regodea, pedantemente, por el acierto de petróleo en el pozo longtail-3 del bloque Stabroek de la costa afuera de Guyana (¿?), en aguas de la “ZONA en RECLAMACIÓN”, mediante su contratista, la estadounidense ExxonMobil. Entiéndase que Guyana ha actuado adrede y tercamente, pues ya por el incidente con el campo Liza-1, en 2020, esa nación debería considerar que “cualquier área frente a las costas del Esequibo no puede ser explotada sino hasta cuando se decida la disputa territorial que data desde el Laudo Arbitral de París de 1899, resuelta, viciadamente, cuando Guyana era, aún, colonia británica, que el Gobierno venezolano considera nula”. Este bloque posee extensión cercana a unos 26800 km cuadrados (cuenca Guyana-Surinam), donde Esso Exploration and Production Guyana de ExxonMobil es el operador y tiene consorcio de casi un 45 porciento en la zona. Hess Guyana Exploration Ltd posee una cuota parte de casi un 30 porciento y CNOCC Limited cerca de un 25 porciento. Trátase, sí, de la mayor área mundial de recursos energéticos inciertos, según el Servicio Geológico de los EEUU (USGS, por sus siglas en inglés). Tal las ambiciones de esa multinacional sobre esta trampa petrolífera difusa, que se reservó unos USD 20 millones a fin de apoyar a Guyana una vez iniciado el plan disuelto. Pero, retomado quizá bajo otra opción.
Todo logro petrolero en el Esequibo de concretarse, comercialmente, podría ser opimo para la economía guyanesa, que dispone, hoy día, de azúcar, oro, arroz y pesca como bienes principales de exportación.
Cabe relevar que el bloque Estabroek inició como proyecto rutinario costa afuera impulsado, activamente, por ExxonMobil mediante prospecciones a unas 120 mn de la costa guyanesa en el mar de la “ZONA en RECLAMACIÓN” (pozo Ranger-1).
IDEFV