(28 de abril del 2021. El Venezolano).- El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha ironizado este miércoles acerca de la Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) que estudia la gestión de la pandemia del coronavirus que ha estado realizando su Gobierno preguntándose si acabará siendo «un carnaval fuera de temporada».
Las chanzas de Bolsonaro han tenido lugar, como viene siendo habitual, rodeado de un grupo de incondicionales a las puertas del Palacio de la Alvorada, un día después de que la CPI celebrara su primera reunión envuelta en polémica, tras el rechazo de un tribunal de apelaciones de cancelar el nombramiento de Renan Calheiros como principal gestor de las investigaciones.
Bolsonaro se ha preguntado si la CPI convocará a gobernadores y alcaldes o si pretenderá «hacer un carnaval fuera de temporada», en referencia a la petición de Calheiros de hacer llamar en un primer momento a los cuatro ministros de Salud que ha tenido Brasil desde el estallido de la pandemia, contando con el actual, Marcelo Queiroga.
«Les va a ir mal a aquellos que tengan esa intención. Allí hay gente bien intencionada, gente que no es que me defienda, es que está diciendo la verdad, pero hay otros que quieren hacer solo ruido», ha asegurado Bolsonaro, según recoge el diario ‘O Globo’.
En vísperas de que se instalara definitivamente la CPI, tanto Bolsonaro como sus aliados presionaron a la comisión para que investigara también la gestión de gobernadores y alcaldes, pese a que el Senado no cuenta con dichas competencias, por lo que su presidente, Rodrigo Pacheco, resolvió la cuestión ordenando también que se estudiara cómo y a dónde fueron a parar los fondos de ayuda para los estados y municipios.
«¿La CPI va investigar el qué? Yo di dinero a todos. El total fue más de 700 billones de reales (107.000 millones de euros), con la ayuda de emergencia de por medio. Muchos robaron dinero, lo desviaron y ahora viene una CPI a investigar mi conducta», ha criticado.
El presidente brasileño tampoco ha perdido ocasión de defender nuevamente el uso de la cloroquina, el fármaco contra la malaria sin base científica para tratar la COVID-19 que tanto ha promocionado y que será objeto de estudio en la CPI, asegurando que lo volvería a tomar si contrae otra vez la enfermedad, pues le puso «a salvo en menos de 24 horas, como a millones de personas más».
En relación a la vacuna, de la que siempre ha dudado tal y como muestra la hemeroteca, Bolsonaro ha expresado que la recibirá cuando «el último de Brasil» lo ha hecho, pues es su «responsabilidad» como jefe de Estado, esperar hasta que aquellos que están «asustados» por le virus estén por delante de él.
RECURSO ANTE EL SUPREMO POR INCOMPATIBILIDAD DE LOS MIEMBROS DEL CPI
Después de la primera sesión de la CPI, la minoría de senadores oficialistas presentes en la comisión ha presentado ante el Tribunal Supremo un nuevo requerimiento para expulsar de la misma a Calheiros.
Tal y como hiciera ya hace unos días Carla Zambelli, una de las principales socias de Bolsonaro en el Congreso, los senadores Marcos Rogério da Silva, Jorginho Mello y Eduardo Girão, han presentado un escrito en el que cuestionan la compatibilidad de Calheiros por guardar parentesco con uno de los posibles objetivos de la investigación, su hijo Renan Filho, gobernador de Alagoas.
En caso de que el Supremo acepte la petición, también podría suponer la salida de uno de los suplentes de la CPI, el senador Jader Barbalho, quien es padre del gobernador del estado de Pará, Helder Barbalho.
En la primera sesión del CPI, Calheiros, entre otras cuestiones, solicitó documentación acerca de cómo se repartieron los fondos federales para abordar la crisis sanitaria, los trámites que se han estado realizando para la adquisición de vacunas, así como de las regulaciones del Gobierno sobre las medidas de aislamiento y cuarentena, la compra de medicamentos, y las campañas de desinformación que habrían salido del llamado ‘gabinete del odio’ del Palacio de Planalto.
Mientras tanto, Brasil ha sumado en las últimas 24 horas 3.086 fallecidos más y otros 72.140 positivos, por lo que son ya más de 14,4 millones de personas las que han contraído la enfermedad, de la que han fallecido ya 395.022.