(11 de marzo del 2021. El Venezolano).- Se slega sobre la xenofobia que existe en perú hacia los venezolanos migrados a esa nación.
Ciertamente, es una actitud surge desde la guerra de independencia por la manera como el ejército libertador asedió a ese territorio, cuya soldadesca pillaba pueblos, agredía a las incas, sometiéndolas a sumisión junto con sus maridos e hijos. Asimismo, en 12/1825, Bolívar es dictador de Perú, cuya actuación produjo los frutos deseados a costa de tales excesos a manos de sus soldados; nación que también libertó Sucre en Ayacucho. Además, fundó la “República de Bolívar” (hoy, Bolivia) sobre territorio altoperuano (Audiencia de Charcas; hoy, Sucre) en 6/8/1825.
Existe un cordón umbilical deformado que une a la xenofobia con una cierta forma indeseada de nacionalismo morboso, primario y falaz, que menosprecia al extranjero; actitud de vanidad hueca, de estancamiento, de pereza y de desánimo para competir, para emprender y para avanzar, que se nutre, sobre todo, de prejuicios y de ignorancia de lo que somos y deseamos ser, e ignorancia de lo que los otros son y para qué podrían servir. Caso de los venezolanos en Perú y en otros países de la región.
Hubo una época cuando el gobierno venezolano para otorgar la Orden del Libertador a un ciudadano peruano, antes se le consultaba, en virtud del antecedente histórico descrito ya que su decisión era importante como para saber qué tan receptivos podrían ser hacia nosotros, por la história sobre la forma tan brutal de liberarles del yugo español. Un hecho que, quizá, ahora se refleja en su voluntad xenofófoba hacia la diáspora criolla, conformada por multitud de connacionales que han emigrados a causa de la crisis sociopolítica.
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