(03 de marzo del 2021. El Venezolano).- Aunque el género epistolar ha caído en desuso, lo hemos escogido como la forma más conveniente de comunicarnos con usted, por su modo directo, además de la claridad y precisión a la cual estamos obligados.
Le hablamos desde nuestra condición de ciudadanos preocupados por los destinos de la nación.
La carta va abierta porque su contenido atañe, sin duda, a todos los venezolanos.
Queremos hacerle una invitación franca, pública y sincera para que dé un paso adelante y se ponga al frente de la construcción del poderoso movimiento nacional que está emergiendo por todo el país planteando el regreso al voto y la ruta electoral, que hoy reclama un creciente número de ciudadanos a propósito de las próximas elecciones regionales y locales.
Estamos conscientes del liderazgo que usted encarna en una parte importante del pueblo venezolano y el reconocimiento internacional que ha concitado, fruto de su esfuerzo, del respaldo colectivo y del coraje que ha demostrado. En atención a ello, consideramos que es su deber histórico aceptar la responsabilidad de darle un vuelco decisivo y positivo, a la actual situación en que se encuentra la oposición democrática venezolana.
Las razones de este exhorto público, se exponen a continuación:
1. La democracia es una idea y un sentimiento que se ha mantenido presente en toda la sociedad venezolana, no así en las instituciones de la república destruidas por la autocracia. Esa es la fuerza fundamental que ha impedido la consolidación del modelo impuesto. De ofrecerle una política que despeje las dudas y conecte con ese espíritu democrático dominante, seguramente se movilizará a su servicio.
2. Como usted sabe, «la política es el arte de lo posible”, pero no de manera lineal, en un curso invariable, sino más bien en una compleja dinámica de marchas y contramarchas, de avances y retrocesos, de ajustes y desajustes de acuerdo a las circunstancias en el marco de una determinada estrategia. En virtud de la falta de resultados exitosos del llamado del «cese a la usurpación, gobierno de transición, elecciones libres», lo aconsejable es su revisión y sustitución por otra política más factible de alcanzar su concreción. Si como se dijo en su momento: «todas las opciones están sobre la mesa», el viraje se explica por sí mismo y entonces es oportuno e indispensable recurrir a la vía electoral. La rectificación no es un pecado, la historia, en particular la de nuestra nación, está llena de ejemplos de correcciones a tiempo que permitieron avanzar en el camino de la democracia y sus protagonistas continuaron gozando del respeto de los ciudadanos.
3. Es fundamental vincular la táctica de retorno al voto y a la ruta electoral, con la necesidad de impulsar liderazgos regionales y locales, en un esfuerzo por rescatar la descentralización como un pilar de la democracia por el cual hemos luchado los venezolanos, al menos desde la Constituyente de 1946. Representa una vieja aspiración de acercar el poder al ciudadano que tan beneficiosos resultados nos diera desde 1989, ese año se realizaron las primeras elecciones de gobernadores.
4. La participación en las elecciones de alcaldes y gobernadores requiere un amplio y profundo debate, en el cual, deben participar en primer orden, los liderazgos locales y regionales junto con los ciudadanos, la decisión no puede ni debe reducirse a las direcciones nacionales de los partidos. Las soluciones políticas de estados y municipios corresponden a los ciudadanos que los habitan y conocen, no a quienes se erigen circunstancialmente en sus representantes desde la capital. Dada la aceptación nacional de su liderazgo, a usted le corresponde ser el principal promotor de ese debate y su más consistente defensor.
5. Las próximas elecciones regionales y locales abren una enorme posibilidad para que, desde el interior del país, se exprese el inmenso rechazo en modo plebiscitario a Nicolás Maduro. En ello será clave su labor abriendo canales de expresión a través de la multiplicidad de instancias sociales y políticas de las regiones.
Las organizaciones partidistas, a pesar del momento difícil que atraviesan, siguen desarrollando sus actividades. En el seno de ellas se debate el tema electoral. Usted lo sabe y también conoce la presión que vienen ejerciendo los liderazgos de estados y municipios en favor de la participación. Ningún partido político, incluido el suyo, está fuera de ese proceso.
Por todas partes se alzan voces de ciudadanos, militantes o no, que exigen a los líderes nacionales una decisión que acompañe la aspiración de participar.
Debemos continuar luchando por mejorar las condiciones electorales. No es fácil, ni será una concesión graciosa del autoritarismo. Hay que arrancársela usando presión inteligente y eficaz. Hacerlo de manera unida es clave para lograr este propósito. Pero este esfuerzo no puede convertirse en una excusa para seguir insistiendo en el llamado al cese de la usurpación. Ni servir como pretexto para exigir «primero presidenciales y parlamentarias» para poder acudir a los procesos comiciales.
Algo parecido ocurre con las operaciones dirigidas a entorpecer las iniciativas de quienes defendemos la participación, con acciones intimidatorias haciendo uso indebido del respaldo internacional para imponer posiciones políticas que no logran desarrollar con procedimientos democráticos.
Los desencuentros dentro de la oposición y sus dificultades para lograr la unidad que la sociedad democrática le reclama, es un serio inconveniente que debemos superar.
Igualmente, la ausencia de diálogo y negociación acentuará los problemas generados por la pandemia y hace más difícil la recuperación económica que tanto nos urge.
Procesar las diferencias y encontrar una línea política común es un reto que no podemos eludir. De lo contrario, el resultado será una mayor fragmentación y la consolidación del autoritarismo que ha demolido la república y amenaza con destruir la nación.
La responsabilidad de avanzar unitariamente hacia la conquista de la paz y la libertad para la reconstrucción de la democracia nos corresponde a todos los ciudadanos, hoy abatidos por el hambre, la pandemia, los bajos salarios, la inseguridad, pero es sobre los hombros de usted donde recae la mayor cuota de responsabilidad. Haga honor a la demanda de este momento histórico y de un país que clama su libertad y redención.
A la espera de su respuesta oportuna
Atentamente
José Luis Farías, Pedro Benítez, Joaquín Marta Sosa, Gioconda San Blas, Ángel Lombardi, María Carolina Uzcátegui, Ernesto Alvarenga, Alfredo Padilla, Xavier Coscojuela, Simón García, Jorge Roig, Antonio Di Giampaolo, Gregorio Salazar, Leonardo Carvajal, Eglee González Lobato, León Arismendi, Fredy Rincón Noriega, Ysrrael Camero, Jairo Cubas, Oswaldo Muñoz, Tulio Ramírez, Luis Bravo Jauregüi, Edgar Blanco, Juan Carlos Fernández, Robert Rodríguez, María de la Paz Silva, Fausto Romeo, José Lombardi, Adalberto Pérez, Manuel Narváez, Frank Payares, Juan Reyes, Robert Rodríguez, Roger Zamora, Maricel Colmenares, José Silvio Torres, Marco Tulio Páez, Trina Rivero, Rafael Reyes, Jorge Méndez, Nelson Oyarzabal, José «Chicho» Carrión, Alfredo Ruiz, Henry Georget, Jacqueline Richte, Pablo Zambrano y Félix Jiménez.