(03 de febrero del 2021. El Venezolano).- Representa la tríada de íconos del perfil socioeconómico que caracteriza, hoy por hoy, al estado del mundo con las mayores reservas energéticas probadas; un pobrerrico país, tal y como lo denominó en su momento el dr Pérez Alfonzo. Pues, al parecer, según el FMI, nuestra crisis “se convirtió en peor de lo esperado debido, quizá, a las sanciones”.
En efecto, hay riesgos mayores a la baja para el desarrollo de la región desde que la administración Trump objetó, de facto, al petróleo venezolano y reforzó las restricciones para PDVSA a objeto de impulsar un cambio político (transición democrática) en Venezuela. Pero, tal acción se radicalizó sobre las crisis humanitaria, ecomómica y de pasivo, caso enrevesado, extremadamente, ya que tales medidas, quizá de buena fe, no dudamos, relevaron las penurias y el dolor de muchos venezolanos, incluso de niños y ancianos que poco o nada saben de temas politicoeconómicos. No obstante, Chevron Corporation y Reliance Industries proponen a EEUU una reversión de las sanciones a Venezuela.
Y, sobre la deuda, no es tan fácil saberlo con precisión, ya que diferente de lo que sucede en otros países, en el nuestro, las autoridades no informan. A falta de información oficial, mps conformarnos con las estimaciones de analistas de instituciones internacionales y consultoras reconocidas.
El Gobierno venezolano debería solicitar, sin reservas, ayuda del FMI para la formulación de políticas.
Juntamente, el Banco Mundial resalta: Venezuela vive “la peor crisis de la historia moderna de la región”; “nada podía preparar a la región ante el auge de la crisis socioeconómica y humanitaria en Venezuela, de lejos la peor en la historia moderna de la región”, puesto que las condiciones socioeconómicas continúan deteriorándose muy rápidamente, por la caída de precios del crudo, las políticas descabelladas del régimen, tales como la emisión inorgánica de dinero, todo ello aunado a la gestión económica pésima, sobremanera, y de ajuste fiscal errático.
Asimismo, la monetización de la deuda pública constituye otra circunstancia perniciosa que ha afectado, negativamente, a la nación, que se refleja en hiperinflación, devaluación/dolarización y una contracción masiva del producto y el consumo, según el BM.
Obviamente, la hiperinflación en Venezuela se origina a causa de la expansión progresiva de la base monetaria a cargo del BCV pot financiación del déficit fiscal del gobierno venezolano, mecanismo que se ha convertido en práctica viciosa por merma de la renta petrolera; todo ello aunado a círculos viciosos de los mercados paralelos y aculturación de los demandantes quienes los aúpan y refuerzan, además de la destrucción del aparato productivo.
En efecto, la ONU orevé que “nuestra economía volverá a contraerse durante 2021 con retroceso de un siete porciento tras caída de un 35% en 2020.