(06 de diciembre del 2020. El Venezolano).- El Dr. Gene Sharp, recientemente fallecido, advertía en su famoso ensayo – “De la Dictadura a la Democracia” – la necesidad imperiosa y prioritaria de levantarles la moral a todos aquellos pueblos subyugados por una dictadura, como condición impresindible para generar el necesario ánimo de lucha.
Sharp, el padre de la resistencia cívica no-violenta, resaltaba los beneficios de lograr “pequeñas victorias” y de evitar “grandes derrotas”. Las primeras levantaban el ánimo de lucha, mientras que las segundas generaban lo que los sociólogos modernos llaman “la depresión colectiva”.
Tras la neutralización de la primer Guarimba por parte de Pompeyo Márquez en representación de la entonces “Coordindora Democrática”, el 7 de marzo de 2004, siendo las 12:36 del mediodía de aquel fatídico día, alegando que ya (CON LA GUARIMBA) habíamos logrado sentar en la “mesa de negociaciones” al “gobierno” (al RÈGIMEN) para discutir los términos del referéndum revocatorio, el pueblo bajó la guardia y regresó a sus hogares, a la espera de aquel “trapo rojo” que terminó llevándose a cabo el 15 de agosto de aquel mismo siniestro e infausto año: evento que de ahí en adelante se conoció como “El Mega Fraude”.
Dos importantes trabajos fueron preparados y publicados por profesionales calificados y entendidos en la materia electoral venezolana. El primero fue la autoría de Freddy Malpica (Ing. Mecánico, Ex-Rector USB), Horacio Velasco (Ing. de Sistema, USB) e Isabelia Martín (Prof. Titular Física Matemática, USB).
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El segundo emanó de la Universidad Central de Venezuela (UCV) bajo el título “EL REGISTRO ELECTORAL VIGENTE EN VENEZUELA ES INVIABLE”.
En ambas publicaciones se prueba, más allá de toda duda, cómo se fragruó la trampa electrónica que le dio pie a la primera usurpación de la presidencia de Venezuela en la “Era Chavista”, de manos del hoy-fallecido dictador Hugo Rafael Chávez Frías.
A raíz de aquel “Mega Fraude” el pueblo venezolano en su mayoría se sumergió en lo que hoy se llama “la depresión colectiva”, de la cual se emergería diez largos años más tarde cuando en febrero de 2014 los estudiantes se sublevaron en la ciudad de San Cristóbal, estado Táchira, comenzando así la segunda Guarimba, también traicionada y neutralizada por los sátrapas de la llamada “Falsa Oposición”: los mismos que hoy administran la fulana “Consulta Popular”.
La Consulta Popular 2021
Está por culminar un garabato llamado “Consulta Popular”, herramienta que generará una gran depresión colectiva de la cual, posiblemente, jamás podrá salir el mancillado y subyugado pueblo venezolano. Será lo que los evangélicos llaman: “una maldición oculta”. La consulta, a primera instancia, la veremos como una “contundente victoria”, pero con el transcurrir de los meses, tal vez días, se convertirá en una “GRAN DERROTA”.
Se ha vendido la idea basada en la información que recibirá la llamada “comunidad internacional” sobre el verdadero sentimiento del pueblo venezolanos con respecto a la tiranía narco-castroestalinista que depreda y destruye, SISTEMÀTICAMENTE, uno de los países más agraciados y favorecidos de la Creación.
Se olvida o desconoce el grueso de los venezolanos, que aquí en el exterior, todos y cada uno de los gobiernos del globo terráqueo conocen más y mejor lo que sucede en Venezuela que la inmensa mayoría del pueblo venezolano… y si no se conoce esa realidad: ¡es tremendamente sencillo imaginársela!
No olvidemos que a mediados de 2003, Chávez le anunció a Venezuela – en cadena nacional de radio y televisión – la entrega a más de una docena de multinacionales, los contratos de la explotación de la Plataforma Deltana: el mayor yacimiento de gas natural del planeta Tierra. Cuando la inmensa mayoría de los venezolanos desconocía la existencia de tales riquezas naturales no-renovables, ya muchas empresas extranjeras conocían de ellas y habían negociado – ilegalmente – su explotación con el régimen de los Castro en nuestro país.
¿Qué puede pensar un pueblo de un régimen tiránico y autoritario que ha entragado la patria en pedacitos a intereses internacionales; que lo tienen sin medicinas, electricidad, agua, alimentos; donde más de cinco millones de su población ha emigrado, muchos de ellos a pie y sin rumbo determinado? ¿Un pueblo que tiene que beber, bañarse y cocinar con aguas negras servidas, como es el caso del Río Guaire?
Los venezolanos se enteraron, tardíamente, que ninguna de las opciones de libertad estaban sobre la mesa: ¡ni debajo de ella! Cuando por fin el 99.9% de los venezolanos vote por el “Sí” y vea que con tamaña maroma no se logrará absolutamente nada: ¡la depresión colectiva hará crisis!
Miami 10 de diciembre de 2021
Robert Alonso