(23 de octubre del 2020. El Venezolano).- El equipo de Donald Trump sabía que no podía ganar las elecciones de 2016 simplemente persuadiendo a la gente a votar por su candidato.
A través de un reportaje de El Nuevo Herald se conoció que también tuvieron que asegurarse de que los partidarios de Hillary Clinton no fueran a las urnas.
Así que la campaña y sus aliados echaron mano a los macrodatos (big data) para centrarse en las comunidades negras a lo largo del corredor de la Interestatal 95, históricamente desposeído en la región de Miami-Dade. Los vecinos de esa zona se convirtieron en parte de los 12.3 millones de personas que participaron involuntariamente en un experimento nacional innovador: un algoritmo informático que analizó una enorme cantidad de información personal de posibles electores —cosas que había dicho en Facebook, compras con tarjetas de crédito, cualquier organización benéfica que hubieran apoyado e incluso características personales— y decidieron que podían manipularse para convencerlos de que no votaran. Probablemente ni siquiera sabían lo que estaba sucediendo.
Internamente, el personal de Trump describió esta parte de su operación con un término que iba más allá de la estrategia habitual de campañas negativas.
Lo llamaron “disuasión”.
La campaña se enfocó en estos electores con anuncios desinformación y mensajes engañosos diseñados para convencerlos de perder la fe en Hillary Clinton y no salir a votar, según una investigación del Miami Herald y Channel 4 News del Reino Unido, que obtuvo exclusivamente una gran cantidad de información interna de la campaña de Trump a partir de 2016.
No se sabe exactamente lo que se incluyó en el algoritmo de selección de la campaña. Pero por avanzado que fuera el modelo, generó resultados claros: Más de 116,000 negros en Miami-Dade fueron seleccionados para disuadirlos de votar, aproximadamente la mitad de todos los electores negros en Miami-Dade.
Eso fue dos veces la tasa de para los electores de otras razas.
No solo era mucho más probable que los negros fueran seleccionados para la disuasión, sino que otros grupos de electores no negros tenían más probabilidad de ser escogidos si vivían en comunidades negras, como las de la Interestatal-95 en dirección norte hacia Broward.
“El enfoque preciso de suprimir la participación de los negros es claro”, dijo Dan Smith, politólogo de la Universidad de Florida que revisó el análisis del Herald de los datos de la campaña. “Es asombroso”.
La información muestra que aunque las mujeres tenían más probabilidades que los hombres de ser identificadas para esfuerzos de disuasión, caso todas las mujeres que vivían en comunidades tradicionalmente negras cayeron en esta categoría, a diferencia de un tercio en otras partes.
Incluso los electores hispanos —que de otra manera tenían más probabilidades para ser seleccionados como objetivo de anuncios de campaña creados para que votaran por Trump— fueron incluidos en la campaña de disuasión en mayores cantidades a lo largo del corredor de la I-95.
A medida que se acerca el día de las elecciones el 3 de noviembre, los datos ofrecen un vistazo de cómo la campaña de Trump socavó la campaña de Hillary Clinton en la Florida en 2016, y cómo podría hacer lo mismo en 2020, ya que el candidato demócrata Joe Biden depende en gran medida de la alta participación de los electores negros para ganar el estado políticamente indeciso más importante del país.
Varios empleados clave que trabajaron en la operación de datos de Trump en 2016 han regresado para su campaña este año. Las encuestas muestran una carrera apretada en la Florida. Los dos partidos están gastando millones de dólares en anuncios de campaña. La campaña de Trump en particular está criticado acremente el proyecto de ley penal de Biden de 1994, que condujo a un aumento significativo en la encarcelación de negros, y el historial de su compañera Kamala Harris como fiscal.
El enfoque de Trump en 2016 parecía creado para alejar a los electores negros, especialmente a las mujeres de esa raza, para que no votaran por Hillary Clinton.
Detrás de la campaña de disuasión de 2016 estaba Cambridge Analytica, una firma de datos británica y consultora política que fracasó dos años después de ayudar a Trump a lograr una victoria impactante cuando se reveló que la compañía obtuvo datos de 87 millones de usuarios de Facebook.
Antes de hundirse, Cambridge Analytica promocionaba en silencio su capacidad para suprimir el voto negro en un momento en que Stephen Bannon, finalmente contratado para liderar la campaña de Trump, era el vicepresidente de la firma, dijo un ex empleado.
“[Cambridge Analytica] ofrecía servicios de ‘alejamiento de electores’ en Estados Unidos y hay documentos internos que he visto que hacen referencia a esta táctica”, dijo el denunciante Christopher Wylie a la Comisión Judicial del Senado en 2018. “La firma se dirigiría a los votantes afroamericanos y los disuadiría de participar en las elecciones”.
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