(31 de agosto del 2020. El Venezolano).- Nicolás Maduro no deja de sorprender a los venezolanos y al mundo con sus irracionalidades. Eso es a cada momento que se le revientan los tapones.
Hace pocos días dejó deslizar una idea, si es que admite ese nombre, para los asuntos de la educación puesta en cuarentena por la pandemia del Covid-19 y dijo que analizaba la posibilidad de que en el mes de octubre se reiniciaran en el país las clases presenciales.
Se le vino el mundo abajo. Todo le cayó encima,desde los líderes magisteriales, hasta los padres de familia que conocen a ciencia cierta la imposibilidad del retorno a clases de sus representados porque, sencilamente, no existen las condiciones.
Ya antes de la pandemia la situación de los centros educativos era desesperante pues habían quedado inoperativos, con el paso del tiempo, por el abandono característico de la revolución que borró de su diccionario la palabra mantenimiento, y por otro lado las acciones de los delincuentes que en Venezuela andan con el moño suelto y han desmantelado todo prácticamente, desde los kinderes, escuelas o liceos.
Según informes elaborados por los dirigentes del magisterio zuliano son escasas las unidades educativas que se encuentran más o menos aptas para llevar al cabo el hecho educativo. Los sanitarios se encuentran clausurados ante el estado desastroso que presentan por el deterioro de las instalaciones a lo cual se le agrega la falta absoluta de agua .
Ahora veamos cómo es que a Maduro se le ocurre anunciar clases presenciales con unos centros educativos que en estos momentos deben estar en peores condiciones que cuando fueron cerrados hace cinco meses, que no tienen uno de los principales y esenciales elementos recomendados por la Organización Mundial de la Salud como es el agua para «lavar las manos con agua y jabón con frecuencia, o usar gel desinfectante con una base de alcohol de al menos 60%».
Qué clases presenciales pueden iniciarse cuando organismos de asistencia y ayuda internacional, con serios estudios en materia de situación de los niños y adolescentes venezolanos en medio de la grave crisis humanitria en salud y alimentación que viene golpeando a la nación desde hace varios años, han establecido que en algunos casos supera el cincuenta por ciento, corroborado por las actuaciones de los organismos gremiales educativos.
La mayoría de estos escolares y adolescente han dejado de ir a las aulas porque en sus casas no hay comida y los programas de alimentación para los estudiantes que recibían sus alimentos en los centros educativos, la revolución los acabó.
Este cronista está convencido que todos estos anuncios de flexibilización de la cuarentena,cuando la curva de los contagios se encuentra en expansión, el llamamiento a clases presenciales, el ocultamiento de las estadísticas reales de la pandemia, tanto de contagios como de muertes, y otros disparates, tienen la finalidad de hacer creer que las elecciones fraudulentas del mes de diciembre se podrán realizar tranquilamente y contarán con una asistenca masiva, aun con los anuncios de empresas encuestadoras que han realizado estudios sobre el tema y la intención de participación no llega ni al veinte por ciento.